“La energía atómica es una tecnología de alto riesgo, genera desechos e implica el peligro del que el material radioactivo se use para fines terroristas o militares”, agregó. (Foto: Reuters).
“La energía atómica es una tecnología de alto riesgo, genera desechos e implica el peligro del que el material radioactivo se use para fines terroristas o militares”, agregó. (Foto: Reuters).

La Oficina Federal para la Seguridad de Desechos Nucleares (BASE), organismo oficial que asesora al Ministerio de Medioambiente alemán, ha rechazado la propuesta de la de calificar la energía atómica como energía sostenible y asegura que se trata de una tecnología de alto riesgo.

“Desde el punto de vista técnico la clasificación de la energía nuclear como energía sostenible no puede defenderse”, dijo el presidente de BASE, Wolfram König, en una toma de posición de la entidad publicada este miércoles.

“La energía atómica es una tecnología de alto riesgo, genera desechos e implica el peligro del que el material radioactivo se use para fines terroristas o militares”, agregó.

König, además, advierte, que con el uso de la energía atómica se genera una carga a las futuras generaciones que no es compatible con el ideal de una justicia generacional.

La propuesta de la CE, según BASE, está basada en un informe del Joint Research Center (JRC) de la UE de marzo del 2021.

Los expertos de BASE habían analizado ese informe en un informe de junio del 2021 y habían llegado a la conclusión de que se consideraban de manera insuficiente las repercusiones del uso de la energía atómica, que es problemático desde el punto de vista metodológico y que incurre en simplificaciones.

Esos problemas también afectan a la propuesta de la CE del 31 de diciembre del 2021.

En un comunicado BASE recuerda que las normas de seguridad actuales para las centrales nucleares deben prevenir accidentes graves y reducir sus consecuencias pero no pueden descartarlos por completo.

Un accidente puede generar graves consecuencias para el medioambiente, más allá de las fronteras nacionales, que pueden llevar a grandes riesgos para la vida y la salud en la UE así y además pueden tener fuertes repercusiones económicas y psicosociales.

Por otra parte, el comunicado señala que una prolongación del uso de las centrales atómicas existentes, concebidas para una vida de entre 30 y 40 años, requerirían remodelaciones que solo parcialmente son posibles.

Además el deterioro de los materiales deja abierta la pregunta acerca de si las centrales podrían adaptarse a los estándares de seguridad actuales.

Otro punto crítico es que en muchos estados de la UE la responsabilidad de los operadores frente a accidentes nucleares es limitada a sumas que no alcanzarían a cubrir los daños.

BASE considera inexplicable desde el punto de vista técnico que las “así llamadas tecnologías avanzadas” sean incluidas entre las tecnologías renovables.

En relación con esas tecnologías avanzadas el organismo recuerda que “una serie de reactores de los que se habla actualmente se basan en principios que se conocen desde hace años pero que nunca pudieron prosperar por razones de seguridad o por razones comerciales”.

Otros están en proceso de estudio y desde el punto de vista de su seguridad técnica no podrían ser utilizados todavía porque no se pueden valorar completamente.

Finalmente, está también el tema de los desechos atómicos, que se seguirían produciendo con los tipos de reactores que se proponen.

“El problema de los desechos radiactivos sigue sin resolverse 70 años después de la introducción de esa tecnología”, dice BASE.