El reconocimiento facial avanza a gran velocidad en Rusia, con cámaras que controlan la ciudad, los pórticos de los metros y las cajas de los supermercados, en un contexto de progreso tecnológico pero también de temores por un eventual abuso en beneficio de las autoridades.
Bajarse la mascarilla, mirar a la cámara, y ya las compras están pagadas. En las cajas automáticas de una de las principales cadenas de supermercados rusos, los clientes curiosos estaban probando la novedad introducida esta semana en Moscú por X5, el primer grupo de distribución del país.
El grupo X5, al que pertenecen importantes cadenas de supermercados de Rusia, como Perekrestok et Pyaterotchka, se asoció para ello al sistema de pago Visa, así como con Sberbank, la principal institución bancaria y estatal rusa actualmente en plena mutación como gigante digital.
El número de supermercados conectados al sistema debe aumentar de 52 en Moscú esta última semana a 3,000 en toda Rusia de aquí a finales del 2021, dijo Ivan Melnik, director de innovación de X5.
“Es práctico, no tienes que llevar la cartera encima o sacar el teléfono del bolsillo, solo tienes que pulsar un botón y pagar con tu cara”, explica Melnik.
Agregó que esas transacciones son “seguras y encriptadas”, y una cámara 3D que mide la profundidad de la cara evita los intentos de usurpación de identidad.
“Para las personas mayores, por supuesto, es nuevo” y puede generar una “falta de confianza, pero a mí me parece una idea genial”, afirmó Andréi Epifanov, de 28 años, empleado de un banco en el corredor de un supermercado en Moscú.
La pandemia, el catalizador
Detrás de este sistema está Sberbank que desde hace varios meses propone a sus decenas de millones de clientes -70% de los rusos usan sus servicios, según el grupo- registrar sus datos biométricos para acceder al pago por reconocimiento facial.
La pandemia ha catapultado estas tecnologías. “El deseo de los rusos de protegerse durante la pandemia ha impulsado la solicitud de pagos que no sean en dinero en efectivo”, aseguró en un comunicado Mijail Berner, encargado de Visa en Rusia.
Según el diario Kommersant, las autoridades buscan acelerar la recopilación de datos biométricos que se inició en el 2018, para que se pase de apenas 164,000 actualmente a más de 70 millones en un plazo de dos años.
Moscú ha reforzado su arsenal de más 100,000 cámaras de vigilancia -uno de los mayores del mundo- y lo ha usado para controlar el respeto del confinamiento en la pandemia.
“No consentido”
El metro de Moscú comenzó en setiembre del 2020 a colocar cámaras de reconocimiento facial en sus pórticos. Todas las estaciones de la ciudad están ya equipadas, para vigilar por ahora y para pagar a partir del 2021.
“Sólo se controla a las personas que figuran en la lista de buscados”, según Andréi Kishiguin, jefe adjunto del metro encargado de la seguridad.
“Las informaciones son almacenadas en un centro de datos al que tienen acceso sólo las fuerzas de seguridad”, agregó, precisando que desde setiembre unas 900 personas han sido detenidas.
El consentimiento será requerido para los pagos, lo cual no ocurre en el uso del reconocimiento facial para detener a presuntos delincuentes.
“Según la ley, los ciudadanos deben consentir el uso de sus datos biométricos, pero en el caso del reconocimiento facial, no lo hemos consentido”, dice una campaña contra la “vigilancia masiva” apoyada por la Asociación de Defensa de las Libertades Digitales Roskomsvoboda.
Las preocupaciones aumentaron durante las manifestaciones de inicios del 2021 en favor del opositor encarcelado Alexéi Navalni.
Aliona Popova, destacada activista de oposición, denunció el uso del reconocimiento facial para identificar a participantes en las manifestaciones.