Miles de manifestantes indígenas, estudiantes voluntarios y residentes locales iniciaron una limpieza masiva el lunes por la mañana en un parque de Quito donde los manifestantes que rechazaban medidas de austeridad lucharon contra la policía durante días, dejando montones de neumáticos, árboles y material de construcción en llamas.
La limpieza comenzó horas después de que el presidente Lenín Moreno y los líderes indígenas llegaran a un acuerdo el domingo por la noche para cancelar el paquete de austeridad en disputa y poner fin a más de una semana del inicio de protestas que paralizaron la economía ecuatoriana y dejaron siete muertos. Las dos partes, aún negociaban el lunes el paquete que reemplazará lo derogado.
Aunque los ecuatorianos agradecieron la calma y elogiaron que ambas partes llegaran a un acuerdo, analistas consideran que Moreno parece haber salido debilitado por varios días de protestas que lo forzaron a revertir una serie de medidas que decía eran necesarias para garantizar el futuro del país.
“Yo creo que el gobierno queda golpeado de forma importante”, dijo Santiago Basabe, analista de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales en Quito. “Su única propuesta de reforma económica durante los dos últimos años ha sido echada abajo y eso le reduce la poca credibilidad, la poca capacidad de maniobra que tenía”.
Moreno calculó mal al reducir los subsidios a los combustibles sin un plan que amortiguara el golpe que representaría para los más pobres, dijo Basabe.
Los grupos indígenas ecuatorianos, que han mostrado estar bien organizados, han mostrado en la historia reciente su capacidad de movilizaciones masivas para lograr concesiones del gobierno, básicamente desde la década de 1990. Sin embargo, vieron afectados sus derechos durante la década que gobernó el antecesor de Moreno, Rafael Correa. El exmandatario prohibió las protestas y encarceló a líderes indígenas.
Y después de haber tomado calles y espacios públicos por casi dos semanas sin que el gobierno de Moreno tuviera una reacción en su contra, los diversos grupos indígenas emergen ahora con nuevos bríos en la escena social y política.
“Creo que recuperan un espacio político del que habían prácticamente desaparecido durante el correísmo”, dijo Basabe. “Le han hecho ver al país que están presentes y que son una fuerza importante de la cual nos habíamos olvidado”.
Leonidas Iza, uno de los principales líderes indígenas ecuatorianos, dijo a The Associated Press que ahora ve como una posibilidad real que un indígena sea presidente del país en el futuro cercano.
“No es un sueño, es una realidad que se puede enfrentarla”, dijo Iza, un indígena quichua de la comunidad San Ignacio de Toacazo, 60 kilómetros al suroeste de la capital en la provincia de Cotopaxi.
Cuando los manifestantes abandonaron el Parque Arbolito y el centro cultural donde los manifestantes acamparon y emprendieron duras protestas durante una semana, lanzaron una minga, un término indígena para un proyecto de trabajo comunitario.
La Cámara de Comercio de Quito dijo el lunes que las protestas dejaron pérdidas por alrededor de US$ 1,636 millones y que tuvieron un mayor impacto en el movimiento comercial.
Poco antes, la prefecta -como se llama localmente a la gobernadora- de la provincia ecuatoriana de Pichincha, Paola Pabón, muy cercana al expresidente Correa, fue detenida por actos vandálicos ocurridos en Quito el fin de semana, cuando encapuchados quemaron el edificio de la Contraloría, atacaron violentamente al canal de televisión Teleamazonas y el diario El Comercio.
La fiscalía lo informó a través de Twitter. Esta es la primera detención de una alta funcionaria pública vinculada al correísmo en torno a la violencia desatada el fin de semana en esta capital y otras ciudades. El presidente Moreno ha responsabilizado a Correa de ser el autor intelectual de un intento de desestabilización de la democracia ecuatoriana.
Duras movilizaciones indígenas terminaron el domingo, cuando Moreno derogó un decreto que generaba la sustancial elevación de los precios de los combustibles. Según el acuerdo, Moreno retirará el paquete respaldado por el Fondo Monetario Internacional. Los líderes indígenas, a su vez, pidieron a sus seguidores que pusieran fin a las protestas y los bloqueos callejeros.
Las protestas por el paquete de austeridad provocaron bloqueos de carreteras, cierre de negocios y redujeron a la mitad la producción de petróleo de Ecuador, lo que obligó a detener temporalmente la exportación más importante del país.
La oficina del defensor del pueblo dijo el domingo que siete personas murieron en las protestas, 1,340 resultaron heridas y 1,152 arrestadas.Miles de manifestantes indígenas, estudiantes voluntarios y residentes locales iniciaron una limpieza masiva el lunes por la mañana en un parque de Quito donde los manifestantes que rechazaban medidas de austeridad lucharon contra la policía durante días, dejando montones de neumáticos, árboles y material de construcción en llamas.
La limpieza comenzó horas después de que el presidente Lenín Moreno y los líderes indígenas llegaran a un acuerdo el domingo por la noche para cancelar el paquete de austeridad en disputa y poner fin a más de una semana del inicio de protestas que paralizaron la economía ecuatoriana y dejaron siete muertos. Las dos partes, aún negociaban el lunes el paquete que reemplazará lo derogado.
Aunque los ecuatorianos agradecieron la calma y elogiaron que ambas partes llegaran a un acuerdo, analistas consideran que Moreno parece haber salido debilitado por varios días de protestas que lo forzaron a revertir una serie de medidas que decía eran necesarias para garantizar el futuro del país.
“Yo creo que el gobierno queda golpeado de forma importante”, dijo Santiago Basabe, analista de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales en Quito. “Su única propuesta de reforma económica durante los dos últimos años ha sido echada abajo y eso le reduce la poca credibilidad, la poca capacidad de maniobra que tenía”.
Moreno calculó mal al reducir los subsidios a los combustibles sin un plan que amortiguara el golpe que representaría para los más pobres, dijo Basabe.
Los grupos indígenas ecuatorianos, que han mostrado estar bien organizados, han mostrado en la historia reciente su capacidad de movilizaciones masivas para lograr concesiones del gobierno, básicamente desde la década de 1990. Sin embargo, vieron afectados sus derechos durante la década que gobernó el antecesor de Moreno, Rafael Correa. El exmandatario prohibió las protestas y encarceló a líderes indígenas.
Y después de haber tomado calles y espacios públicos por casi dos semanas sin que el gobierno de Moreno tuviera una reacción en su contra, los diversos grupos indígenas emergen ahora con nuevos bríos en la escena social y política.
“Creo que recuperan un espacio político del que habían prácticamente desaparecido durante el correísmo”, dijo Basabe. “Le han hecho ver al país que están presentes y que son una fuerza importante de la cual nos habíamos olvidado”.
Leonidas Iza, uno de los principales líderes indígenas ecuatorianos, dijo a The Associated Press que ahora ve como una posibilidad real que un indígena sea presidente del país en el futuro cercano.
“No es un sueño, es una realidad que se puede enfrentarla”, dijo Iza, un indígena quichua de la comunidad San Ignacio de Toacazo, 60 kilómetros al suroeste de la capital en la provincia de Cotopaxi.
Cuando los manifestantes abandonaron el Parque Arbolito y el centro cultural donde los manifestantes acamparon y emprendieron duras protestas durante una semana, lanzaron una minga, un término indígena para un proyecto de trabajo comunitario.
La Cámara de Comercio de Quito dijo el lunes que las protestas dejaron pérdidas por alrededor de US$ 1,636 millones y que tuvieron un mayor impacto en el movimiento comercial.
Poco antes, la prefecta -como se llama localmente a la gobernadora- de la provincia ecuatoriana de Pichincha, Paola Pabón, muy cercana al expresidente Correa, fue detenida por actos vandálicos ocurridos en Quito el fin de semana, cuando encapuchados quemaron el edificio de la Contraloría, atacaron violentamente al canal de televisión Teleamazonas y el diario El Comercio.
La fiscalía lo informó a través de Twitter. Esta es la primera detención de una alta funcionaria pública vinculada al correísmo en torno a la violencia desatada el fin de semana en esta capital y otras ciudades. El presidente Moreno ha responsabilizado a Correa de ser el autor intelectual de un intento de desestabilización de la democracia ecuatoriana.
Duras movilizaciones indígenas terminaron el domingo, cuando Moreno derogó un decreto que generaba la sustancial elevación de los precios de los combustibles. Según el acuerdo, Moreno retirará el paquete respaldado por el Fondo Monetario Internacional. Los líderes indígenas, a su vez, pidieron a sus seguidores que pusieran fin a las protestas y los bloqueos callejeros.
Las protestas por el paquete de austeridad provocaron bloqueos de carreteras, cierre de negocios y redujeron a la mitad la producción de petróleo de Ecuador, lo que obligó a detener temporalmente la exportación más importante del país.
La oficina del defensor del pueblo dijo el domingo que siete personas murieron en las protestas, 1,340 resultaron heridas y 1,152 arrestadas.