El consumo de café caerá en las tiendas y restaurantes para aumentar en los hogares por la inflación global y el riesgo de una recesión, en un mercado con más demanda que oferta y unos inventarios bajos, señaló la directora ejecutiva de la Organización Internacional del Café (OIC), Vanusia Nogueira.
Pese a los buenos precios internacionales del café en los últimos meses, la oferta mundial aún no logra satisfacer la demanda en momentos en que los inventarios se encuentran escasos, aseguró, Nogueira quien atribuyó la menor cosecha al cambio climático que ha golpeado a las principales zonas productoras del mundo.
“Tenemos muchos problemas climáticos en las regiones más fuertes en producción. Desafortunadamente para muchos de nuestros productores porque están siendo afectados por los cambios climáticos, el precio puede ser alto, pero ellos no tienen producto para entregar”, manifestó la directora ejecutiva de la OIC.
“Sin agua no hay floración, no se tiene el fruto, con mucha agua el fruto no madura, entonces tenemos más demanda que oferta con inventarios muy bajos en todo el mundo, por debajo del consumo”, explicó la experta quien dijo que, aunque se espera un aumento de la cosecha de Brasil, la tendencia no cambiará.
La producción total del año cafetero 2021/22 alcanzó 167,2 millones de sacos, un descenso de un 2.1% frente a los 170,83 millones de sacos del año cafetero anterior, según estadísticas de la OIC. El consumo mundial de café aumentó un 3.3% a 170,3 millones de sacos de 60 kilos en el año cafetero 2021/22.
Nogueira previó una estabilidad en los precios del café para el 2023; en tanto, que el clima influirá en la cosecha, principalmente, en grandes productores como Brasil. Al respecto, dijo que como sucedió en medio de la pandemia del COVID-19, el consumo se trasladará a los hogares y bajará en las cafeterías y en los restaurantes.
“Debemos tener precios más o menos en este nivel por un tiempo. No veo que estos precios suban porque estamos llegando al techo para la industria”, anotó.
En medio de la alta inflación global y de los temores de recesión de las economías, la experta previó estabilidad en los volúmenes de venta y consumo, pero un cambio en la forma de consumir el café con producto de menor calidad.
“No creo que se presente un impacto en términos de volúmenes, pero si en la forma como se toma el café y en la calidad, La gente va a bajar la calidad de lo que toma y la forma de consumo, sale de la calle y vuelva a la casa”, refirió al advertir que los más perjudicados podrían ser los productores de cafés especiales.
Nogueira admitió que el cambio climático es el principal desafío para la industria y que actualmente se trabaja en la creación de un fondo de resiliencia del café con el apoyo de fundaciones y bancos para aumentar la investigación, hacer un mapeo de las zonas de producción y mejorar las variedades de los cafetos para que resistan a las variaciones del clima.
La directora ejecutiva de la OIC reveló que avanza en la firma de un nuevo acuerdo para incorporar a la organización al sector privado, a organizaciones no gubernamentales y a la sociedad civil en busca de garantizar prosperidad de los productores.