La concentración de tropas rusas cerca de Ucrania está galvanizando las defensas de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) en Europa que el presidente Vladimir Putin quiere desmantelar, dando a la alianza una sensación de renovación tras los fracasos en Afganistán.
Pese a la intensa diplomacia con Rusia, Estados Unidos y sus aliados de la OTAN dicen que no pueden considerar las demandas que Moscú está haciendo para obtener garantías de seguridad, mientras acumula tropas cerca de la frontera de su vecino y realiza ejercicios con fuego real en Bielorrusia.
En su lugar, funcionarios, diplomáticos y exfuncionarios occidentales dicen que la OTAN -creada en 1949 para disuadir la amenaza soviética- está obligada a evaluar unos refuerzos que van en contra de la demanda de Putin de que la alianza no se expanda más hacia el este.
Países neutrales como Finlandia y Suecia, que han profundizado su colaboración con la alianza occidental, han reactivado un debate sobre la adhesión a la OTAN.
El presidente francés, Emmanuel Macron, se ofreció a enviar tropas a Rumanía, oferta que fue bien recibida por el presidente de este país, y existe la posibilidad de que se envíen más tropas de la OTAN a la región del Mar Negro y al Báltico.
Aunque la OTAN no está obligada por tratado a defender a Ucrania, ya que la exrepública soviética no es miembro, las tensiones con Rusia han unido a los estados miembros en torno a lo que un antiguo funcionario de la alianza llamó “un sentido común de propósito”.
Se trata de un cambio de rumbo para una alianza criticada a nivel internacional tras la caótica retirada occidental de Afganistán en agosto, algo que un político alemán calificó como la “mayor debacle” de la OTAN desde su creación.
“Una de las cosas que me llama la atención de esto es que las acciones de Rusia han precipitado exactamente lo que el presidente Putin dice que quiere evitar”, dijo el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, a los medios esta semana antes de partir a Ucrania, donde dijo que había aumentado el apoyo a la entrada en la OTAN. “Ciertamente, la postura defensiva de la OTAN tendrá que reforzarse aún más”.
Esto podría implicar más tropas, barcos y aviones de la OTAN en la zona del Mar Negro y en el Báltico y pasar de una estrategia de rotación de tropas a una presencia permanente de fuerzas allí, incluyendo más soldados y armas estadounidenses.
“Creo que el traslado de capacidades adicionales por parte de Estados Unidos a Europa está definitivamente en marcha, porque la situación lo exige”, afirmó el ministro de Defensa lituano, Arvydas Anusauskas.
Las decisiones sobre las tropas podrían tomarse ya en la cumbre de la OTAN que se celebrará en junio en Madrid, según diplomáticos y funcionarios, aunque una marcha atrás de Moscú podría dar lugar a una pausa.
Rusia rechaza las acusaciones de Washington de que se está preparando para invadir Ucrania y dice que es libre de entrenar a sus tropas en cualquier lugar de su territorio. Moscú acusa a la OTAN de amenazar la estabilidad de Europa con su política de ofrecer la adhesión a Ucrania y Georgia, que Rusia considera su patio trasero.
El Kremlin exige que la OTAN se repliegue detrás de lo que eran sus fronteras antes de que las naciones de Europa central y oriental empezaran a unirse a partir de 1997.