De acuerdo con la oenegé Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), las importaciones de la UE son responsables del 16% de la deforestación mundial.
De acuerdo con la oenegé Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), las importaciones de la UE son responsables del 16% de la deforestación mundial.

La Comisión Europea ha propuesto aplazar por un año la aplicación de la controvertida ley sobre deforestación, después de la fuerte presión ejercida por importantes aliados comerciales de la talla de Brasil.

La legislación, que veta en la UE la importación de productos que generen deforestación, debería entrar en vigor en diciembre de este año, pero los plazos y las exigencias del proyecto provocaron severos cuestionamientos.

Teniendo en cuenta los comentarios recibidos por socios internacionales sobre el estado de sus preparativos, la Comisión (...) propone dar a las partes interesadas tiempo adicional para prepararse”, anunció la institución en un comunicado el miércoles.

En setiembre, Brasil presentó formalmente al comisario europeo de Agricultura, Januz Wojciechowski, un pedido en favor de un aplazamiento para la entrada en vigor de la ley, iniciativa que recibió el apoyo de Alemania, la locomotora económica de la UE.

En su comunicado divulgado este miércoles, la Comisión Europea, brazo ejecutivo de la UE, propuso que la controvertida ley entre en vigor el 30 de diciembre de 2025 para las grandes empresas, y en julio de 2026 para las PYMES.

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Dado que todas las herramientas de implementación están técnicamente listas, los 12 meses adicionales pueden servir como un período de introducción gradual para garantizar una implementación adecuada y efectiva”, afirmó la Comisión.

Este aplazamiento deberá ahora ser aprobado por el Parlamento Europeo y el Consejo Europeo.

De acuerdo con la Comisión, la propuesta anunciada este miércoles “no pone en duda en modo alguno los objetivos ni el contenido de la ley”.

Varios socios globales han expresado repetidamente su preocupación por su estado de preparación, más recientemente durante la semana de la Asamblea General de la ONU”, indicó la institución en su comunicado.

Además, admitió, “el estado de los preparativos entre las partes interesadas en Europa también es desigual”.

Cuestionamientos de aliados

De acuerdo con la oenegé Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), las importaciones de la UE son responsables del 16% de la deforestación mundial.

En respuesta a esos datos, el bloque adoptó la controvertida ley -conocida por sus siglas EUDR- para vetar el ingreso de productos que generen deforestación.

Sin embargo, después de que Brasil presentó su pedido formal, Alemania sumó su apoyo a la idea, alegando que “las empresas necesitan tiempo para prepararse”.

La postura alemana fue anunciada por el ministro de Agricultura, Cem Ozdemir, un representante del partido de los Verdes en la política germana.

Apenas un día antes, el jefe del gobierno alemán, Olaf Scholz, admitió que había sugerido a la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, postergar la implementación de la ley “hasta que se aclaren las cuestiones abiertas”.

En junio, Estados Unidos también pidió a la UE postergar la implementación de la ley, que suscita igualmente preocupaciones por parte de países africanos y asiáticos.

Ya en setiembre de 2023, un grupo de 17 países (11 latinoamericanos, tres asiáticos y tres africanos) advirtió a la UE sobre los efectos de la normativa.

Grupos medioambientales se oponen a que la implementación de la ley sea pospuesta.

La UE cede al lobby del agro”, afirmó el brasileño Observatório do Clima, una red de organizaciones ambientalistas y de investigación, que denunció la propuesta de la Comisión como un “retroceso vergonzoso” que pone en riesgo la reducción de la deforestación y la integridad de tierras indígenas.

En un momento en que Suramérica se tuesta bajo el efecto de la peor sequía en décadas y Brasil es consumido por incendios, Europa renuncia deliberadamente a un instrumento que podría ayudar a reducir la presión sobre los ecosistemas naturales y las emisiones de dióxido de carbono por la deforestación”, señaló en un comunicado.

Para Julian Oram, director de política de la oenegé Mighty Hearth, la iniciativa de la Comisión es una “traición a las generaciones presentes y futuras de ciudadanos de la UE”.

Postergar la legislación “es un acto de vandalismo contra la naturaleza que sólo servirá para impulsar una mayor destrucción industrial de los bosques tropicales”, agregó.

En tanto, Luciana Tellez Chávez, investigadora de Medio Ambiente y Derechos Humanos de Human Rights Watch (HRW), apuntó que la iniciativa “contradice el compromiso de la UE en virtud de la Declaración de Glasgow de 2021 de poner fin a la pérdida de bosques”.

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CAN saluda prórroga

La Secretaría General de la Comunidad Andina (CAN) saludó este miércoles la decisión de la Comisión Europea (CE) de prorrogar durante 12 meses la ley de la Unión Europea para evitar los productos consumidos que generen deforestación, que debía hacerse efectiva en enero de 2025.

A través de un comunicado, la CAN afirmó que respalda los objetivos de la lucha contra la deforestación mundial, pero destacó que el Reglamento de la UE sobre la Deforestación “tendría un impacto negativo en los envíos que realizan los países andinos en productos claves como café, cacao y palma aceitera, lo cual afectaría a pequeños productores agropecuarios”.

La decisión de prorrogar el ingreso en vigencia de esta regulación es positiva, pues permitirá afrontar de mejor manera los retos para acceder a este importante mercado para la subregión andina”, señaló el secretario general de la CAN, Gonzalo Gutiérrez.

Bolivia, Colombia, Ecuador y el Perú, los países miembros de la CAN, son productores y exportadores de café, cacao, aceite de palma, madera y soja a la Unión Europea (UE), según la Comunidad Andina.

Durante 2023, el bloque andino reportó exportaciones de estos productos a la UE por US$ 1,846 millones, lo que representó el 26,5 % del total de exportaciones agrícolas de la CAN a la UE, siempre según los datos difundidos en el comunicado.

El reglamento de la UE busca evitar que ciertas materias primas y productos derivados consumidos en la UE generen deforestación tanto en el espacio comunitario como en terceros países, pues entre 1990 y 2020 se destruyó globalmente una superficie de masa forestal mayor que la de la UE, y cerca del 10% es atribuible al consumo europeo.

La normativa afecta al ganado, el cacao, el café, el aceite de palma, la soja, la madera y el caucho, incluidos derivados como cuero, chocolate o muebles y estipula que, a partir del 30 de diciembre, las empresas que importen en la UE esas materias primas deberán demostrar a través de un sistema de geolocalización que no han generado deforestación o degradación de masas forestales.

Con información de AFP y EFE

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