El asesinato a manos de Israel de Yahya Sinwar, el principal líder de Hamas y el cerebro del ataque del grupo del 7 de octubre, es un dramático punto de inflexión en la brutal guerra que desencadenó durante un año.
El asesinato de Sinwar el jueves decapita al grupo militante palestino que ya se estaba recuperando de meses de asesinatos en sus filas y es un potente logro simbólico para Israel en su batalla para destruir a Hamas.
Israelíes y palestinos acaban de cumplir un año desde que estalló el enfrentamiento más mortífero de su conflicto que dura décadas, y el asesinato de Sinwar podría preparar el terreno para el desarrollo del resto de la guerra, o incluso provocar su conclusión, dependiendo de cómo decidan proceder Israel y Hamás.
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La muerte de Sinwar podría servir como una vía de escape para que Israel ponga fin a la guerra.
Sinwar, que fue designado jefe de Hamás después de que su anterior líder muriera en una explosión en julio atribuida a Israel, pasó años fortaleciendo el ejército de Hamás y se cree que ideó el ataque del 7 de octubre del 2023.
Después de ese asalto, cuando militantes liderados por Hamás mataron a unas 1,200 personas y secuestraron a otras 250, Israel se comprometió a destruir a Hamás y matar a todos y cada uno de sus líderes .
Con Sinwar encabezando la lista de personas buscadas, su muerte es un logro importante para Israel. Los analistas dicen que el asesinato de Sinwar ha ofrecido a Israel, que ha luchado por articular una estrategia de salida de Gaza, una vía de escape para poner fin a la guerra.
“Esto sería realmente la guinda del pastel para Israel”, dijo Nomi Bar-Yaacov, investigadora asociada del Programa de Seguridad Internacional del centro de estudios Chatham House en Londres. “Debería ser más fácil llegar a un acuerdo”.
Ahora que el arquitecto de los ataques del 7 de octubre ha sido eliminado, el primer ministro Benjamin Netanyahu podría decirles a los israelíes que se ha alcanzado uno de los objetivos de la guerra. En el plano político, eso podría permitirle ser más flexible en cuanto a un acuerdo de alto el fuego que ponga fin a la guerra a cambio de rehenes, una condición que hasta ahora se ha negado a aceptar, al menos en parte, según dicen los críticos, porque podría amenazar su gobierno.
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La muerte de Sinwar podría tener implicaciones más amplias, dependiendo de los próximos movimientos de Israel
Los analistas dijeron que el logro fue un cambio tan grande que fue una oportunidad para que Israel señalara que está listo para poner fin a los combates en la región, incluso en el Líbano, donde Israel está luchando contra Hezbolá.
“La oportunidad de terminar la guerra por completo, así como en el Líbano, ... está completamente en nuestras manos”, dijo Giora Eiland, ex jefe del Consejo de Seguridad Nacional de Israel, al Canal 12 de Noticias de Israel, diciendo que Israel debe usar la muerte de Sinwar para presentar sus condiciones para terminar las guerras en ambos frentes.
Las familias de los rehenes en Gaza enviaron un mensaje similar a Netanyahu. Un grupo que representa a las familias acogió con satisfacción el asesinato de Sinwar y pidió a Israel que redoblara sus esfuerzos para negociar un acuerdo.
“Netanyahu, no entierres a los rehenes. Ve ahora a los negociadores y al público israelí y presenta una nueva iniciativa israelí”, dijo Einav Zangauker, cuyo hijo Matan está detenido en Gaza, en una publicación en las redes sociales.
Khaled Elgindy, miembro destacado del centro de estudios Middle East Institute, con sede en Washington, advirtió que Netanyahu ha mostrado pocas señales de estar buscando un fin al conflicto, ya que el ejército ha intensificado sus operaciones en el norte de Gaza en las últimas semanas.
“La guerra... aún no ha terminado”, dijo Netanyahu en una declaración en video después del asesinato.
Netanyahu gobierna con el apoyo de dos partidos de extrema derecha que han amenazado con derrocar al gobierno si la guerra termina con un acuerdo de alto el fuego. Estos partidos reiteraron su oposición a un acuerdo tras el asesinato de Sinwar. También son partidarios de establecer asentamientos israelíes en la Franja de Gaza, algo que el líder israelí ha descartado públicamente.
Netanyahu, que está siendo juzgado por presunta corrupción, también ha visto cómo su fortuna política aumentaba a lo largo de la guerra, después de que en un principio se desplomara en respuesta al ataque de Hamás el año pasado. La prolongación de la guerra le permite disfrutar de un aumento de apoyo tras los éxitos que consiga.
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