El jefe del Estado alemán señaló sin ambages la “responsabilidad” de Rusia en el riesgo de que estalle una “guerra” en Europa a raíz de la situación en Ucrania, al intentar aclarar la posición de su país, a veces acusado de ser complaciente con Moscú.
Frank-Walter Steinmeier hizo estas declaraciones coincidiendo con su reelección en el cargo, la víspera de que el jefe de gobierno, Olaf Scholz, viaje a Kiev y a Moscú. El canciller ha advertido que las sanciones occidentales serán “inmediatas” si Rusia se decide a invadir Ucrania.
El cargo de presidente en Alemania es principalmente protocolario, pero el hecho de que su titular, una figura muy respetada, haga estas declaraciones no es baladí.
“Hay un peligro de un conflicto militar, una guerra en el este de Europa y Rusia tiene la responsabilidad de eso”, declaró Steinmeier tras su reelección por cinco años en el cargo.
Steinmeier, un socialdemócrata cercano al canciller Scholz, obtuvo su reelección gracias a la aplastante mayoría que le otorgó un electorado especial, compuesto sobre todo de diputados nacionales y regionales.
Consiguió 1,045 votos de los 1,045 depositados, apoyado por todos los grandes partidos de centroizquierda y centroderecha.
Aludiendo a un “alejamiento” creciente de Rusia respecto a Europa, Steinmeier, quien estuvo al frente de la diplomacia alemana durante años, reclamó firmeza ante Moscú.
“Como podemos constatarlo, la paz no puede darse por descontado, siempre se tiene que actuar para preservarla, en el diálogo, pero cuando es necesario se tienen que decir las cosas claras, mostrando disuasión y determinación”, dijo, entre aplausos.
De este modo, respondía a las numerosas críticas vertidas en las últimas semanas contra la posición del gobierno alemán respecto al Ejecutivo ruso.
“Ya es hora de que Alemania se quite sus gafas rusas en [...] su política respecto a Ucrania, pues le nublan la visión2, declaró el embajador ucraniano en Berlín, Anrij Melnyk, este domingo durante una entrevista con la radio pública alemana.
Y, en la misma línea que el jefe del Estado, Olaf Scholz también se mostró firme este domingo antes de viajar a Kiev, el lunes, y a Moscú el martes.
“En caso de agresión militar contra Ucrania, que pondría en peligro su soberanía y su integridad territorial, esto conduciría a sanciones duras, que hemos preparado cuidadosamente y que podremos aplicar inmediatamente con nuestros aliados en Europa y en la OTAN”, declaró Scholz ante la prensa, tras la elección de Steinmeier para la presidencia del país.
En un indicio de la creciente inquietud de Berlín respecto a la situación en Ucrania, una fuente gubernamental alemana reconoció que “[la] preocupación [del gobierno] ha aumentado” en relación a una eventual invasión.
“Creemos que la situación es crítica, muy peligrosa”, subrayó la fuente, que pidió el anonimato, en alusión a las advertencias lanzadas por Estados Unidos.
“Muchos elementos apuntan, de forma muy preocupante, en la dirección” de los temores actuales, añadió.
Pero, pese a todo, Alemania continúa negándose a entregar armas “letales” a Ucrania, escudándose en una política instaurada tras la Segunda Guerra Mundial en el país, que prohíbe ese tipo de ventas en zonas de conflicto.