La caída de las exportaciones hizo retroceder la economía alemana en el segundo trimestre, con escasas perspectivas de una recuperación pronta, ya que los fabricantes se llevaron la peor parte de una desaceleración mundial amplificada por los conflictos arancelarios y las incertidumbres en torno al Brexit.
Según datos publicados el miércoles, el Producto Bruto Interno (PBI) cayó 0.1% intertrimestral y, en medio de una presión creciente para que el gobierno aplique medidas de estímulo a través de reformas fiscales, el ministro de Economía dijo que es necesario actuar para evitar un segundo trimestre consecutivo de contracción, que llevaría al país a la recesión.
La desaceleración global, reforzada por una expansión de la producción industrial china a sus tasas más bajas en 17 años en julio, ha impactado ampliamente a la zona euro, donde datos correspondientes mostraron que el crecimiento en el segundo trimestre fue de 0.2%.
En este contexto, la economía germana -la mayor de Europa y tradicionalmente dependiente de las exportaciones- se ha mostrado bastante vulnerable, en medio de señales de que se está desvaneciendo el impulso que recibió gracias a un periodo sostenido de aumento de la demanda a nivel local.
“El dato del PBI de hoy marca definitivamente el final de una década dorada para la economía alemana”, dijo Carsten Brzeski, analista de ING. “Los conflictos comerciales, la incertidumbre global y el atribulado sector automotor la han puesto finalmente de rodillas”.
En términos ajustados al calendario, la tasa de crecimiento anual se desaceleró al 0.4% en el segundo trimestre desde el 0.9% del primero, según la Oficina Federal de Estadísticas. Para el 019 en su conjunto, Berlín espera que el crecimiento caiga hasta un magro 0.5% frente al 1.5% del año previo.
El ministro de Economía, Peter Altmaier, dijo que las cifras son un toque de atención. “Estamos en una fase de debilidad económica, pero no estamos aún en recesión. Podemos evitarlo si adoptamos las medidas correctas”, afirmó al diario Bild.
Su ministerio indicó que es poco probable que el impulso provenga del sector industrial, cuya asociación BDI se sumó al creciente coro de voces que pide al gobierno que reactive el crecimiento deshaciéndose de su regla de equilibrio presupuestario y financiando más inversiones públicas a través de la emisión de nueva deuda.