El sector del transporte marítimo carece de claridad sobre los futuros combustibles limpios y los sistemas reguladores, lo que está frenando a las empresas a la hora de sustituir los buques anticuados en medio de la presión para que se descarbonicen más rápidamente, dijo el miércoles la agencia UNCTAD de la ONU.
El transporte marítimo, que representa más del 80% del comercio mundial y casi el 3% de las emisiones mundiales de dióxido de carbono, ha recibido peticiones de ecologistas e inversores para que adopte medidas más concretas, como una tasa sobre el carbono.
“Pedimos una acción global para descarbonizar el transporte marítimo. Sin embargo, reconocemos que no es una tarea fácil y también el costo que puede llevar asociado”, declaró en rueda de prensa en Londres la Secretaria General de la agencia, Rebeca Grynspan.
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En su Examen del Transporte Marítimo para 2023, la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD, por su sigla en inglés) manifestó su preocupación por el envejecimiento de la flota marítima mundial.
A principios de 2023, los buques comerciales tenían una edad media de 22,2 años, dos años más que hace una década, según el informe. “Más de la mitad de la flota mundial tiene más de 15 años”, afirmó la UNCTAD.
“Los armadores enfrentan el reto de renovar la flota sin claridad en cuanto a combustibles alternativos, tecnología verde y regímenes reguladores que orienten a armadores y puertos, mientras que las terminales portuarias se enfrentan a retos similares en decisiones vitales de inversión”.
En julio, los países adoptaron una estrategia revisada sobre gases de efecto invernadero para el transporte marítimo que fijaba un objetivo de emisiones netas nulas para mediados de siglo o en torno a esa fecha, lo que los grupos ecologistas consideraron poco ambicioso.
La descarbonización del transporte marítimo de aquí a 2050 exigirá grandes inversiones, y el informe de la UNCTAD cita estimaciones de la gestora de riesgos noruega DNV que indican unos costos anuales adicionales de entre US$ 8,000 y US$ 28,000 millones de dólares para que los buques alcancen ese objetivo.
El sector está explorando diversas tecnologías, como el amoníaco y el metanol, en un esfuerzo por alejarse del combustible más sucio. La propulsión asistida por el viento es otra opción de energía limpia que se está estudiando.
Según el informe de la UNCTAD, la ampliación de las infraestructuras de producción, distribución y abastecimiento de combustible marítimo para suministrar combustibles 100% neutros en carbono de aquí a 2050 requeriría unas inversiones anuales estimadas entre 28.000 y 90.000 millones de dólares.
“Las estimaciones sugieren que la descarbonización total podría aumentar los costos anuales del combustible entre un 70% y un 100% en comparación con los niveles actuales”, afirma la UNCTAD. “El transporte marítimo no puede descarbonizarse por sí solo”.
El volumen del comercio marítimo se contrajo marginalmente un 0.4% en 2022, pero la UNCTAD prevé que crezca un 2.4% en 2023, con un crecimiento moderado del 2.1%-2.2% previsto entre 2024-2028.
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