El presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, calificó la actual campaña de la zafra azucarera como mala, pero subrayó que el sector, histórico para el país, “no puede desaparecer”, en una nota difundida por Presidencia este lunes.
Díaz-Canel presidió una reunión con dirigentes regionales del Partido Comunista de Cuba (PCC, único legal) en la que se analizó, entre otros temas, el avance en el sector.
El mandatario dijo que se le debe “cambiar la cara” a la zafra y que para ello será necesario sobrecumplir “el plan de siembra”.
Este sector, estratégico en la isla, pasa por un mal momento después de que en el 2021 la estatal Azcuba describiera la campaña de ese año como “una de las peores en la historia”.
Durante el periodo 2020-2021, apenas se alcanzó el 66% del plan previsto de 1.2 millones de toneladas. Esa meta ya era muy inferior a las zafras de hace décadas, cuando se intentó alcanzar los 10 millones de toneladas.
Además, en enero pasado solo se logró sembrar el 70% de la caña prevista, según el diario oficial Granma.
El régimen cubano ha atribuido la situación, en parte, a “problemas de carácter organizativo y de disciplina”.
En declaraciones recogidas por la prensa oficial el pasado 8 de febrero, Díaz-Canel exigió que “cada uno se ubique en cuáles son esos problemas de disciplina y los discutan y los combatan”.
Además, de las 156 centrales operativos en Cuba antes de 1959 quedan apenas 56, y solo 38 de ellos molieron en la cosecha del año pasado.
Las previsiones oficiales para esta cosecha apuntan a una producción de unas 911,000 toneladas a partir de la actividad de una treintena de fábricas de diciembre a abril próximo.
De acuerdo con información ofrecida en la reunión de la Asamblea Nacional del Poder Popular (Parlamento unicameral) de diciembre pasado, la producción de azúcar de esta etapa está destinada en su mayor parte al consumo interno -500,000 toneladas-, mientras otras 411,000 toneladas están previstas para la exportación.