Desde hace meses, prevalece una tregua incómoda entre la Reserva Federal y los inversionistas bursátiles. A medida que la inflación se enfría, el presidente de la Fed, Jerome Powell, se ha mantenido callado sobre un repunte de US$ 5 billones en la renta variable que muchos temen que dificulte sus esfuerzos por “desinflamar” la economía.
Que la paz pueda durar dependerá mucho del índice de precios al consumidor del martes.
Está aumentando el consenso de que es probable que una lectura más suave reimpulse el repunte de las acciones del año nuevo, mientras que algo más fuerte podría extender la liquidación de la semana pasada de los activos riesgosos. Las acciones y los bonos han subido considerablemente desde octubre, cuando la inflación revirtió una tendencia de dos años en la que las lecturas del IPC fueron más fuertes de lo previsto.
Powell ha desestimado repetidamente una flexibilización simultánea de las condiciones financieras a pesar de dudas sobre si perjudica su objetivo de desacelerar la demanda y frenar la inflación.
“No creo que esta Fed anticipaba que las condiciones financieras se relajaran tanto como ha sucedido, pero mientras la inflación siga con una tendencia a la baja, no se opondrán”, escribió Tony Pasquariello, socio de Goldman Sachs Group Inc., en una nota el viernes.
En qué parte de los precios al consumidor se centrarán los inversionistas y cómo harán sus apuestas en varios escenarios es donde radican algunas de las diferencias.
El equipo de JPMorgan Chase & Co. se enfoca en la variación anual del índice de precios al consumidor. Los economistas pronosticaban una caída al 6.2% en enero desde el 6.5% del mes anterior.
En Morgan Stanley, se centran en la variación intermensual, en la cual los economistas del banco proyectan un aumento del 0.4%.
Prever la inflación ha resultado casi imposible pospandemia, sin mencionar las reacciones del mercado ante ella. En todo caso, el ejercicio de las dos empresas ofrece una perspectiva de los riesgos a los que se enfrentan los inversionistas.
En JPMorgan, el equipo comercial —que incluye a Andrew Tyler—, anticipa una probabilidad de casi dos en tres de que los datos del IPC estarán a 20 puntos básicos de la estimación mediana de los economistas.
La semana pasada, los activos financieros —desde acciones hasta bonos— detuvieron su rebote del año nuevo cuando autoridades de la Fed enfatizaron la necesidad de seguir subiendo las tasas de interés en medio de las continuas presiones de precios.
Ante comentarios de tono duro, los operadores aumentaron las apuestas sobre la tasa máxima de la Fed a alrededor del 5.2%, desde menos del 5% anteriormente este mes.