Es posible que pronto no tenga que enseñar el pasaporte o el carnet de conducir en la cola de seguridad del aeropuerto, al menos en Estados Unidos.
La Administración de Seguridad en el Transporte (TSA, de sus siglas en inglés) presentó el lunes un plan para, gradualmente, hacer un mayor uso del reconocimiento facial y otras herramientas de identificación biométrica a fin de mejorar la precisión y acelerar los tiempos de espera.
TSA, que ha puesto a prueba los sistemas biométricos en Los Ángeles y Atlanta, comenzará a usar la tecnología en viajeros que entran y salen de Estados Unidos y ampliará las pruebas a pasajeros nacionales inscritos en el programa PreCheck de la agencia, según un documento de 23 páginas que detalla los planes de la TSA.
"Con la evolución diaria de la amenaza en la aviación, el desarrollo de la próxima generación de tecnología de seguridad con nuestros socios del sector es de vital importancia", dijo el administrador de TSA David Pekoske en un comunicado de prensa.
TSA sigue así los pasos de Aduanas y Protección Fronteriza estadounidense, que está intensificando el uso del reconocimiento facial para las personas que entran en Estados Unidos.
Actualmente, los pasajeros de aerolíneas deben mostrar una prueba de identificación antes de sumarse a una cola de control de TSA con su tarjeta de embarque. Esto permite a la TSA verificar los nombres en las listas de control de terroristas y comprobar la identidad de los pasajeros.
El uso de software de reconocimiento facial o huellas dactilares reemplazaría esos controles manuales y se considera que son menos propensos al fraude. La tecnología también está siendo evaluada por las aerolíneas, tales como Delta Air Lines Inc., la cual anunció en setiembre que está construyendo una terminal biométrica en Atlanta para que los pasajeros puedan registrarse para los vuelos sin identificación tradicional.
La TSA no ha propuesto controles de reconocimiento facial generalizados de multitudes en los aeropuertos. La agencia también está tomando medidas para proteger la privacidad de las personas y no permitirá el uso de los datos para otros fines que no sean su objetivo, a menos que los individuos den su consentimiento, dijo la agencia en su hoja de ruta.