Tras una dilatada carrera militar y ocupar la dirección del Centro Nacional Antiterrorista de Estados Unidos, Joseph Maguire llega al frente de la Inteligencia para coordinar el trabajo de agencias como la CIA y la Agencia Antidrogas (DEA, en sus siglas en inglés) e informar de sus hallazgos al presidente Donald Trump.
Esta segunda tarea, aunque a priori debería ser la menos ardua, será previsiblemente la más complicada de Maguire como responsable de la Inteligencia del país.
Desde su nuevo cargo, Maguire deberá lidiar periódicamente con un Trump que se ha convertido en uno de los presidentes de Estados Unidos más críticos con los cuerpos de Inteligencia de la historia.
A sus ya mundialmente conocidas desavenencias y batallas dialécticas con el exjefe del FBI James Comey se suma la mala sintonía de Trump con el predecesor de Maguire en el puesto, Dan Coats, que anunció recientemente su jubilación y que dejará el cargo el 15 de agosto.
La salida de Coats, de 76 años, de la Dirección de Inteligencia Nacional (DNI, en inglés) hacía tiempo que se anticipaba por su mala relación con Trump, con el que ha tenido desencuentros a raíz de la supuesta injerencia del Kremlin en las pasadas elecciones presidenciales de 2016.
Coats, basándose en los informes de inteligencia elaborados por el FBI y la CIA, ha acusado a Moscú de intentar influir en las elecciones, una teoría que el mandatario ha desechado en multitud de ocasiones.
Trump también criticó los comentarios de Coats acerca de Rusia y Corea del Norte.
Con este escenario se va a encontrar probablemente Maguire, que no ha sido la primera opción de Trump para ocupar la jefatura del DNI.
La primera alternativa fue el congresista republicano John Ratcliffe, que retiró su candidatura a los pocos días tras recibir numerosas críticas al ser uno de los conservadores que con más dureza trató al exfiscal especial de la trama rusa, Robert Mueller, durante su comparecencia en el Congreso.
Por ahora, el nombramiento del ex vicealmirante Maguire es interino y Trump no ha aclarado si está pensando en él para ocupar el puesto de manera permanente.
Nacido en Nueva York en 1952, Maguire se graduó de la Universidad de Manhattan a los 22 años y aprobó su maestría más tarde en la Escuela Naval de Posgrado.
Posteriormente logró una beca en la Universidad de Harvard, donde permaneció hasta el 1985 y luego se incorporó a las Fuerzas Armadas.
Durante sus 36 años en la Armada, Maguire se desempeñó en varios puestos de jefatura militar en el Comando Especial de Guerra Naval, el brazo marítimo del Mando de Operaciones Especiales.
En diciembre del 2018, fue confirmado como director del Centro Nacional Antiterrorista, agencia encargada de prevenir ataques terroristas a nivel nacional e internacional.
“El almirante Maguire tiene una larga y distinguida carrera en las Fuerzas Armadas, retirándose de la Armada en el 2010. Comandó a todos los niveles. ¡No tengo ninguna duda de que hará un gran trabajo!”, dijo Trump al anunciar su nombramiento este jueves en Twitter.
En declaraciones a los periodistas hoy en la Casa Blanca, Trump catalogó a Maguire de "excelente".
"Maguire es excelente: almirante, muy respetado y un gran líder. Está de manera interina ahora. Ocupa un cargo que todo el mundo quiere", apuntó un enigmático Trump.
Es complicado saber hasta qué punto Maguire será un cargo relevante dentro de la Administración de Trump, pero en el periodo que ocupe el cargo deberá aprender a lidiar con un mandatario difícil de contentar.