La farmacéutica estadounidense Purdue Pharma se declaró culpable de tres cargos penales por la producción y venta del opioide OxyContin, que generó una crisis nacional de adicciones, informó el Departamento de Justicia.
Purdue también aceptó pagar US$ 8,300 millones por multas, daños y gastos legales para saldar el caso penal en su contra, dijo el departamento.
En un acuerdo separado, la familia Sackler, que convirtió a Purdue en un gigante gracias a las lucrativas ventas de OxyContin, aceptó pagar US$ 225 millones por su responsabilidad civil ante el Departamento de Justicia.
“A través de la codicia y la violación de la ley, Purdue priorizó el dinero sobre la salud y bienestar de los pacientes”, dijo el director asistente del FBI, Steven D’Antuono.
La compañía, que se acogió a la protección por quiebra el año pasado, se declaró culpable de un delito de fraude y de dos de violar las normas de soborno por la comercialización del OxyContin y otros dos tratamientos a base de hidrocodona. Eso implicó alentar a los distribuidores y médicos a recetar estas drogas altamente adictivas a los pacientes.
Incluso después de pagar US$ 600 millones por promocionar falsamente el analgésico como “menos adictivo”, dijo el Departamento de Justicia, Purdue aumentó sus ventas y desarrolló nuevas aplicaciones adictivas, que comercializó a través de una red de 100,000 médicos y enfermeras.
Entre ellos había miles de prescriptores que Purdue “sabía o debería haber sabido que estaban recetando opioides para muchos usos que no eran para indicaciones médicamente aceptadas”, o que se revendían en el mercado negro, se destacó en la demanda.
“Hacia la excelencia”
Para alentar las prescripciones, Purdue tenía un programa denominado “Evolucionar hacia la excelencia”, que ofrecía incentivos económicos y de otro tipo, en particular ofreciendo a los médicos incentivos que equivalían a sobornos por suministrar más recetas de sus medicamentos.
Sus actividades, combinadas con las de otros productores y distribuidores de opioides recetados, alimentaron una epidemia de adicciones.
Millones de estadounidenses se volvieron dependientes de los analgésicos, mientras los fabricantes se embolsaron miles de millones de dólares.
Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, más de 500,000 estadounidenses murieron desde 1999 por sobredosis de opioides, con y sin receta.
En un comunicado, Steven Miller, presidente de Purdue desde el 2018, dijo que la compañía “lamenta profundamente y acepta la responsabilidad por la mala conducta detallada por el Departamento de Justicia”.
Y aseguró: “Purdue hoy es una empresa muy diferente. Hemos realizado cambios significativos en nuestro liderazgo, operaciones, gobierno y supervisión”.
La compañía también enfrenta reclamos millonarios de autoridades estatales y locales en todo el país, y en setiembre del 2019 se declaró en bancarrota para defenderse de más reclamos legales.
Los Sackler, aún en la mira
Debido a la quiebra y los reclamos competitivos de los litigantes y acreedores, el Departamento de Justicia admitió que podría no recibir el total de US$ 8,300 millones que la compañía acordó pagar el miércoles.
Pero el acuerdo ordenaba que la empresa se disolviera y sus activos se colocaran en una nueva “empresa de beneficio público”.
Esa empresa “se encargaría de proporcionar sus medicamentos de la manera más segura posible, sin desvíos, al tiempo que proporcionaría millones de dosis de medicamentos para tratar la adicción a los opioides y revertir las sobredosis”, dijo el fiscal general adjunto Jeffrey Rosen.
Los Sackler, agregó, no tendrían ningún papel en esa empresa. La multa civil contra la familia no excluye futuros cargos penales en su contra. De hecho, en un comunicado, la fiscal general del estado de Nueva York, Letitia James, dijo que su oficina continuará investigándolos.
“El acuerdo de hoy no da cuenta de los cientos de miles de muertes o millones de adicciones causadas por Purdue Pharma y la familia Sackler”, dijo James.
“Si bien ninguna cantidad de dinero puede compensar el dolor que muchos ahora conocen, continuaremos litigando nuestro caso en los tribunales para asegurar cada centavo que podamos para limitar futuras adicciones a los opioides”, dijo.