Durante casi dos décadas, periodistas, investigadores de la policía, agentes del FBI, abogados y detectives aficionados han indagado en el depravado mundo de Jeffrey Epstein.
Sin embargo, incluso después de la publicación de miles de páginas de registros judiciales en los últimos días, aún hay algunas preguntas sin respuesta sobre el millonario pedófilo. Los documentos han recibido mucha atención, pero arrojan poca nueva información sobre los abusos sexuales habituales del financista a chicas menores de edad.
Más que nada, el público mantiene la fascinación ante la posibilidad de que algunos de los hombres ricos y poderosos del círculo social de Epstein también estuvieran implicados en los abusos.
A continuación un vistazo sobre lo que sabemos —y lo que no— sobre Epstein y sus delitos:
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De la alta sociedad a la cárcel
Epstein empezó a atraer la atención de los medios de comunicación en 2002, después de que agencias de noticias, entre ellas The Associated Press, cubrieran un viaje a África del expresidente Bill Clinton, el actor Kevin Spacey y el comediante Chris Tucker. La gira de cinco días por Ghana, Nigeria, Ruanda, Mozambique y Sudáfrica tenía como objetivo llamar la atención sobre la lucha contra el sida.
Después de la visita, New York Magazine publicó un perfil sobre el hombre que proporcionó el jet privado para el viaje: Jeffrey Epstein. El artículo lo describía como un “misterioso hombre de dinero internacional”, que cultivaba relaciones con científicos y diplomáticos galardonados con el premio Nobel, pero que desconcertaba a los iniciados de Wall Street, que no podían entender cómo un tipo que había abandonado la universidad se había hecho tan rico.
“Un tipo estupendo”, dijo el vecino de Epstein tanto en Florida como en Nueva York, Donald Trump a la publicación. “Es muy divertido estar con él. Incluso se dice que le gustan las mujeres guapas tanto como a mí, y muchas de ellas son bastante jóvenes”.
Esos contactos con famosos fueron noticia cuando Epstein fue detenido en 2006 por las acusaciones de que había contratado a varias adolescentes para que le dieran masajes sexualizados en su casa de Palm Beach, Florida.
Dos años más tarde, los fiscales permitieron a Epstein se declara culpable de un cargo relacionado con una sola víctima. Cumplió 13 meses de condena en un programa de semilibertad para trabajar y después empezó a reconstruir discretamente su red de amigos influyentes, con la ayuda de su exnovia, Ghislaine Maxwell.
Tras una serie de artículos del Miami Herald sobre el acuerdo de culpabilidad que privó de justicia a las víctimas de Epstein, los fiscales federales de Nueva York retomaron la investigación y lo acusaron de tráfico sexual en 2019.
Cuando Epstein se quitó la vida dentro de la cárcel, los fiscales acusaron a Maxwell de facilitar sus encuentros sexuales ilícitos y participar en algunos de los abusos. Fue condenada y cumple una pena de 20 años de prisión.
¿Hubo alguien más involucrado?
En 2009, una de las víctimas de Epstein, Virginia Giuffre, interpuso una demanda en la que afirmaba que Epstein la había hecho viajar por todo el mundo para mantener encuentros sexuales con multimillonarios, políticos, miembros de la realeza y jefes de Estado.
En un principio, mantuvo en secreto los nombres de esos hombres, pero posteriormente empezó a facilitarlos: El príncipe Andrés de Gran Bretaña, el gobernador de Nuevo México Bill Richardson, el exsenador federal George Mitchell, el cazatalentos francés Jean Luc Brunel, el multimillonario Glenn Dubin y el profesor de derecho Alan Dershowitz, quien había representado a Epstein.
Algunos detalles de las acusaciones de Giuffre han cambiado con el tiempo. Inicialmente dijo que tenía 15 años cuando Epstein empezó a abusar de ella, pero más tarde reconoció que lo conoció el verano en que cumplió 17 años.
En 2022, retiró sus acusaciones contra Dershowitz, afirmando que “podría haber cometido un error” al identificarlo como uno de sus abusadores. Dijo que “era muy joven en ese momento” y que “era un ambiente muy estresante y traumático”.
En una entrevista periodística, por la que Giuffre cobró US$ 160,000, describió haber bailado con el príncipe Andrés en un club, pero dijo que no hubo contacto sexual. Más tarde, dijo que habían tenido tres encuentros sexuales. Según Giuffre, el periódico se negó a publicar esas declaraciones.
En otra entrevista, describió haber subido a un helicóptero con Bill Clinton y coquetear con Donald Trump, pero más tarde dijo en una declaración que esas cosas no habían ocurrido y que eran errores del periodista.
El FBI ha investigado las acusaciones de Giuffre. No se han presentado cargos basados en sus afirmaciones, pero debido a la atención que han generado, Brunel estuvo bajo investigación en Francia y acusado de violar a otras chicas menores de edad. Se quitó la vida mientras esperaba el juicio.
El principal fiscal federal de Manhattan en 2020, Geoffrey Berman, intentó hablar con el príncipe Andrés sobre asuntos relacionados con Epstein, pero el miembro de la realeza se negó a ser entrevistado. Berman arremetió contra Andrés en ese momento por presentarse falsamente ante el público como alguien ansioso por cooperar, cuando en realidad estaba esquivando las preguntas.
Andrés ha negado repetidamente haber tenido relaciones sexuales con Giuffre y dijo que no recordaba haberla conocido, aunque una fotografía parece mostrarlos juntos, y un miembro del personal doméstico de Epstein también testificó haber visto a los dos en la casa de Epstein en Nueva York.
Muchos de los documentos desprecintados en los últimos días se refieren a los intentos de los abogados de Maxwell por desacreditar a Giuffre, y a los intentos de los abogados de Giuffre por reunir pruebas que respalden sus declaraciones.
Los expedientes publicados en el caso han contenido pocas pruebas de irregularidades por parte de personas famosas, pero el testimonio de múltiples testigos confirmó los relatos de Giuffre sobre el comportamiento sexual indebido de Epstein.
Muerte tras las rejas
Cualquier posibilidad de que el propio Epstein hubiera podido responder a las preguntas sobre sus famosos amigos murió con él en un centro de detención federal de Manhattan en agosto de 2019.
La muerte, un mes después de ser arrestado, ha alimentado teorías conspirativas. Pero múltiples investigaciones, incluida una autopsia y una investigación del FBI, han concluido que Epstein se quitó la vida.
El inspector general del Departamento de Justicia, Michael Horowitz, dijo en un informe publicado en junio que Epstein pudo quitarse la vida debido a “negligencia, mal comportamiento y fracasos rotundos en el desempeño del trabajo” dentro de la cárcel.
El Centro Correccional Metropolitano fue cerrado en 2021 en medio de la preocupación por su mal estado, la pandemia de COVID-19, una infraestructura en ruinas y las persistentes preguntas sobre la muerte de Epstein.
Los policías asignados a la vigilancia de Epstein, sobrecargados de trabajo, no se dieron cuenta de que había acumulado un exceso de ropa de cama. Después de un presunto primer intento de suicidio, los funcionarios de prisiones le dejaron solo y nunca le asignaron un nuevo compañero de celda.
La noche en que Epstein murió, los agentes estaban sentados en escritorios a sólo 4,6 metros (15 pies) de su celda, haciendo compras por internet y dormitando en lugar de hacer las rondas obligatorias cada 30 minutos, según los fiscales.
El día antes de que Epstein se suicidara, una corte federal desprecintó unas 2.000 páginas de registros sobre la demanda de Giuffre contra Ghislaine Maxwell, el mismo caso que los expedientes publicados en los últimos días.
Eso, aunado a la falta de contactos interpersonales significativos y “la idea de posiblemente pasar el resto de su vida en prisión fueron probablemente factores que contribuyeron al suicidio del señor Epstein”, escribieron los funcionarios de prisiones en documentos obtenidos por The Associated Press.
Si Epstein hubiera estado dispuesto a responder preguntas para aclarar algunos de los misterios que rodean su vida es otra historia. En una declaración de 2016 en la demanda de Giuffre, el financista invocó repetidamente sus protecciones establecidas en la Quinta Enmienda contra la autoincriminación.
Lo que sigue
La revelación documentos aún no termina. Hasta ahora se han hecho públicos 191 de los aproximadamente 250 expedientes cuya publicación autorizó la jueza federal de distrito Loretta Preska. Los abogados que participan en el caso los publican de forma continua, siguiendo las instrucciones de la jueza.
Se espera otro lote para el lunes, aunque hay pocos indicios de que vayan a aportar más de lo que ya se ha visto en las casi 3,000 páginas de transcripciones de declaraciones, memorandos legales, correos electrónicos y otros registros hechos públicos desde el miércoles.
Versiones de muchos de esos documentos ya se habían hecho públicas en años anteriores, aunque con algunas secciones censuradas por razones de privacidad o para proteger la identidad de las víctimas de Epstein.
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