“I made the line to pay for groceries” (hice la cola para pagar la comida). “He made a party to celebrate his son’s birthday” (hizo una fiesta para celebrar el cumpleaños de su hijo). Estas frases pueden sonar raras para los oídos de la mayoría de los estadounidenses de habla anglosajona.
Sin embargo, en Miami se han integrado en el lenguaje local. Según la investigación que publiqué recientemente, estas expresiones y muchas otras forman parte de un nuevo dialecto que se está formando en Florida del Sur.
Esta variedad lingüística proviene del contacto sistemático entre hablantes de español e inglés, sobre todo a partir de las traducciones directas del español.
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Cuando el francés encontró el inglés
Aunque hables inglés y vivas en Miami o en cualquier otro lugar, es probable que no sepas a ciencia cierta de dónde provienen las palabras que usas a diario.
Quizá sepas que un número limitado de palabras, generalmente alimentos, como “sriracha” o “croissant” son préstamos lingüísticos de otros idiomas. Sin embargo, hay muchas más palabras prestadas de lo que imaginas.
De hecho, están por doquier en el vocabulario inglés y español: “pijamas” proviene del hindi; “gacela” del árabe a través del francés y “tsunami” del japonés.
Los préstamos lingüísticos generalmente se gestan en las mentes y el discurso de los hablantes bilingües, quienes terminan moviéndose entre diferentes lugares y culturas. Suele suceder cuando eventos como las guerras, el colonialismo, el exilio político, la inmigración o el cambio climático ponen en contacto a personas que pertenecen a diferentes grupos lingüísticos.
Cuando ese contacto se mantiene durante un período de tiempo prolongado, a través de décadas que abarcan varias generaciones o incluso más, las estructuras de los idiomas se van entremezclando y los hablantes comienzan a compartir sus respectivos vocabularios.
Una confluencia bilingüe cambió la trayectoria del idioma inglés. En 1066, los franceses normandos, liderados por Guillermo el Conquistador, invadieron Inglaterra dando lugar a lo que ahora se conoce como “la conquista normanda”.
Poco después, la clase dominante francófona reemplazó a la aristocracia de habla anglosajona y durante aproximadamente 200 años, las élites de Inglaterra, incluidos los reyes, hicieron sus negocios en francés.
El inglés realmente nunca caló entre la aristocracia, pero dado que los sirvientes y las clases medias necesitaban comunicarse con los aristócratas y que se producían matrimonios entre personas de diferentes clases sociales, las palabras francesas se fueron filtrando a través de la jerarquía social y en el idioma.
Durante ese período, el inglés asumió más de 10 000 préstamos lingüísticos del francés, principalmente en las áreas dominadas por la aristocracia: las artes, el ejército, la medicina, el derecho y la religión. Las palabras del vocabulario inglés que hoy nos parecen básicas e incluso fundamentales fueron tomadas del francés hace apenas 800 años, tal es el caso de príncipe, gobierno, administración, libertad, corte, oración, juez, justicia, literatura, música y poesía, por solo mencionar algunas.
El encuentro del español con el inglés en Miami
Avanzamos rápidamente hasta nuestros días para descubrir que en Miami se está produciendo una forma similar de contacto lingüístico entre el español y el inglés desde que terminó la Revolución Cubana en 1959.
En los años posteriores a la revolución, cientos de miles de cubanos abandonaron la isla poniendo rumbo a Florida del Sur, preparando el escenario para lo que se convertiría en una de las convergencias lingüísticas más importantes de toda América.
Hoy en día, la gran mayoría de la población es bilingüe. En 2010, más del 65% de la población del condado de Miami-Dade se identificó como hispana o latina, y en los grandes municipios de Doral y Hialeah esa cifra asciende al 80% y 95%, respectivamente.
Por supuesto, identificarse como latino no es sinónimo de hablar español, ya que entre los cubanoamericanos de segunda y tercera generación se ha producido una pérdida del idioma. Pero el punto es que en Miami se habla mucho español e inglés.
Las personas bilingües forman parte de esa mezcla. Algunos son más competentes en español y otros hablan inglés con soltura, pero todos juntos navegan por el complejo contexto sociolingüístico de Florida del Sur, sabiendo cuándo y con quién usar cada idioma, así como el momento adecuado para mezclarlos.
Cuando el primer gran grupo de cubanos llegó a Miami a raíz de la revolución hicieron precisamente eso, siguiendo dos caminos.
Primero, las personas alternaban entre el español y el inglés, a veces dentro de la misma oración o frase. Eso preparó el escenario para la presencia duradera del español en Florida del Sur, así como para la aparición de lo que algunas personas llaman “spanglish”.
En segundo lugar, a medida que las personas aprendían inglés, tendían a traducir literalmente del español. Estas traducciones son un tipo de préstamo especial que los lingüistas llaman “calcos”. Los calcos están por doquier en el idioma inglés.
La palabra “dandelion”, por ejemplo, es una flor que crece en Europa central y cuando los alemanes se dieron cuenta de que no tenían una palabra para nombrarla, buscaron libros de botánica escritos en latín, en los que la llamaban dens lionis o “diente de león”. Los alemanes tomaron prestado ese concepto y llamaron a la flor “löwenzahn”, una traducción literal de “diente de león”. Los franceses tampoco tenían una palabra para la flor, por lo que también tomaron prestado el concepto de “diente de león”, calcándolo como “dent de lion”. Los ingleses, que tampoco tenían una palabra para esta flor, escucharon el término francés sin entenderlo y lo tomaron prestado adaptando “dent de lion” al inglés, llamándolo “dandelion”.
El surgimiento de una nueva jerga
En Miami está ocurriendo exactamente ese tipo de fenómenos. Como parte de mi investigación en curso con estudiantes y colegas sobre la forma de hablar inglés en Miami, realicé un estudio con la lingüista Kristen D’Allessandro Merii para documentar los calcos de origen español en el idioma inglés que se utilizan en Florida del Sur.
Encontramos varios tipos de traducciones con préstamos lingüísticos. Había “calcos léxicos literales”, una traducción directa, palabra por palabra.
Por ejemplo, encontramos que las personas usan expresiones como “get down from the car” (bájate del auto) en lugar de “get out of the car” (sal del auto), la cual se basa en la frase en español “bajar del carro”. Como “bajar” significa “to get down”, tiene sentido que muchos miamenses piensen que “salir” de un vehículo sea “getting down” y no “getting out”.
Los lugareños a menudo también dicen “married with”, como por ejemplo: “Alex got married with José” porque se basan en la expresión en español “casarse con”, que traducen literalmente como “married with” en lugar de “married to” en voz pasiva. También dicen “make a party” porque es una traducción literal de la frase en español “hacer una fiesta” en lugar de “have a party”.
Además, encontramos “calcos semánticos” o traducciones de significado. En español, “carne”, que se traduce como “meat”, puede referirse tanto a la carne en general como a un tipo específico, la de res. Por tanto, descubrimos que cuando los hablantes locales dicen “meat” se refieren específicamente a la “carne de res” usando frases como “quiero una empanada de carne y dos empanadas de pollo”.
Y luego encontramos los “calcos fonéticos”, o la traducción de ciertos sonidos. “Thanks God” es una frase común en Miami que proviene de “gracias a Dios”. En este caso, los hablantes transfieren la “s” al final de “gracias” y la aplican a la forma inglesa.
Los nacidos en Miami también adoptan los calcos. Descubrimos que algunas expresiones eran propias únicamente de la generación inmigrante, por ejemplo: “throw a photo” para decir “tirar una foto”, como una variación de “take a photo” (tomar una foto).
Sin embargo, otras expresiones eran comunes entre los nacidos en Miami, un grupo que suele ser bilingüe pero cuyo idioma principal es el inglés.
En un experimento, pedimos a los miamenses y a personas de otras partes de Estados Unidos que analizaran expresiones locales como “married with” junto a versiones no locales, como “married to”. Ambos grupos consideraron aceptables las versiones no locales. No obstante, los miamenses valoraron de manera más favorable la mayoría de las expresiones locales que las personas de otros lugares.
“El lenguaje siempre está cambiando”, es una verdad de Perogrullo, la mayoría de la gente sabe que el inglés antiguo es radicalmente diferente del inglés moderno, o que el inglés que se habla en Londres es diferente del inglés de Nueva Delhi, Nueva York, Sídney y Ciudad del Cabo, en Sudáfrica.
Pero es raro que nos detengamos a pensar en cómo se producen esos cambios o que reflexionemos sobre el origen de los dialectos y las palabras.
“Get down from the car”, al igual que “dandelion”, es un recordatorio de que cada palabra y expresión tienen una historia.
Fuente: AP
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