La mano dura que las autoridades de Estados Unidos llevan meses aplicando contra el sector de las criptomonedas tumbó el último martes a uno más de sus pesos pesados, el jefe de la mayor plataforma de intercambio global, Binance, Changpeng Zhao.
Zhao, conocido como “CZ”, dimitió ese día como parte de un acuerdo para resolver acusaciones de blanqueo de dinero en la empresa, que tendrá que pagar multas de US$ 4,300 millones pero puede continuar sus operaciones, aunque sin involucramiento de su fundador.
Así lo anunciaron en una rueda de prensa el fiscal general, Merrick Garland, la secretaria del Tesoro, Janet Yellen, y el presidente de la Comisión de Negociación de Futuros de Productos Básicos, Rostin Behnam, figuras que subrayaban la importancia de esta acción para el Gobierno de Estados Unidos.
La caída de CZ, una de las figuras más influyentes del mundo cripto, se enmarca en un año de escrutinio de la Comisión de Bolsa y Valores (SEC, en inglés), cuyo presidente, Gary Gensler, se propuso poner orden en este ´Far West´ tras el colapso de la plataforma FTX en noviembre de 2022.
CZ tuvo mucho que ver en ese colapso de FTX: tras expresar preocupación por la solvencia de esa empresa competidora y anunciar la venta de su participación, surgió el pánico entre los inversores, que acudieron a sacar su dinero, dando lugar a un agujero de US$ 8,000 millones y, eventualmente, a su quiebra.
Una larga lista de empresas cripto imputadas por la SEC
La lista de empresas que gozaron de un fuerte crecimiento gracias a la laxitud regulatoria y que ahora están imputadas por la SEC por incumplimiento de las leyes cada vez es más larga: a FTX se sumaron Kraken, Coinbase, Gemini, Genesis o Terraform, entre otras.
En la mayoría de casos, la SEC argumenta que los criptoactivos que manejan esas plataformas están en la misma categoría que los valores y títulos regulados por la ley federal y que deberían ser registrados como tales, algo que estas refutan y generalmente han rechazado.
No obstante, la SEC, que en junio acusó a Binance de lo mismo, no forma parte del acuerdo de hoy.
En el caso de hoy, las autoridades pusieron la lupa sobre Binance por su presunta comisión de delitos de blanqueo de dinero valiéndose de su presencia en países como Irán y Rusia, sujetos a sanciones por parte del Gobierno estadounidense, de acuerdo con los documentos de la acusación.
“Seré clara: estamos enviando un mensaje al sector de las divisas virtuales. Hoy y en el futuro, si las plataformas de intercambio y empresas tecnológicas financieras quieren el tremendo beneficio de ser parte del sistema financiero estadounidense y servir a clientes estadounidenses, deben seguir las normas”, destacó la secretaria del TesoroJanet Yellen.
Se acabó la laxitud
La noticia encuentra al mundo cripto aún digiriendo la caída del fundador y exjefe de FTX, Sam Bankman-Fried, que espera una sentencia de cárcel tras ser declarado este mes culpable de siete delitos de fraude tras un juicio penal, y que tiene pendiente otro proceso, impulsado por la SEC.
Los reguladores suelen hacer hincapié en que las criptoplataformas y otras empresas del sector promocionan inversiones que no están protegidas ni supervisadas, lo que deja a los inversores, generalmente minoristas y no expertos, en una posición vulnerable.
Eso pasó con el colapso de los criptoactivos TerraUSD y Luna, en mayo de 2022, que perdieron prácticamente todo su valor en cinco días, en lo que la SEC consideró un esquema de “pump and dump” (inflar y tirar) orquestado durante años por su plataforma emisora, Terraform, y su ejecutivo, Do Kwon.
La mano dura de las autoridades la han sentido incluso varias celebridades que se subieron a la cresta de la ola publicitando activos digitales a millones de seguidores sin informar de que habían sido pagadas para hacerlo, como Kim Kardashian, multada con US$ 1.1 millones.
Por otra parte, los propios actores del mundo cripto están colaborando para atajar la delincuencia y hoy martes el Departamento de Justicia reveló el desmantelamiento de una trama de estafas mediante el romance por internet y la incautación de US$ 9 millones en la criptomoneda estable Tether con ayuda de su operadora.