El presidente de la Reserva Federal (Fed), Jerome Powell, advirtió que el alza de casos de COVID-19 y la nueva variante del coronavirus, ómicron, podrían ralentizar los progresos en el empleo y el crecimiento económico, además de añadir una mayor “incertidumbre” sobre la inflación.
Así lo indicó en su comparecencia ante el comité bancario del Senado, en la que estuvo acompañado junto a la secretaria del Tesoro, Janet Yellen, en un momento delicado para la economía estadounidense con la inflación en niveles no vistos en 30 años en Estados Unidos.
“Una mayor preocupación sobre el virus podría reducir la voluntad de la gente para trabajar en persona, lo que ralentizaría el progreso en el mercado laboral e intensificaría los problemas en las cadenas de suministro”, dijo Powell.
Como consecuencia, agregó, “los riesgos de una mayor inflación han aumentado”.
En octubre, la inflación interanual se ubicó en Estados Unidos en el 6.2%, y Powell ha insistido en que espera que se modere a partir de mediados del 2022.
El banco central estadounidense mantiene los tipos de interés en el rango de entre el 0% y el 0.25% desde marzo del 2020 para respaldar la economía con la llegada de pandemia, y lanzó entonces un multimillonario programa mensual de compra de bonos, cuyo repliegue gradual comenzó este mes de noviembre.
La Fed celebrará su última reunión de política monetaria del año el 14 y 15 de diciembre, en la que presentará sus nuevas previsiones macroeconómicas que en setiembre situó en una tasa de crecimiento de 5.9% y una inflación de 4.2% para final del 2021.