El presidente Jair Bolsonaro partió de Brasil rumbo a Estados Unidos el viernes, 48 horas antes de que su rival de izquierda, el mandatario electo Luiz Inácio Lula da Silva, asuma el cargo, diciendo que había “perdido una batalla pero no la guerra”.
Bolsonaro, que apenas ha hablado en público desde que perdió las elecciones, no ha confirmado a dónde se dirige, pero los datos del avión sugieren que viaja a Florida, donde ya se encuentra su personal de seguridad.
En reiteradas ocasiones ha dicho que no quiere entregar la banda presidencial a Lula en la toma de posesión del domingo.
Bolsonaro puede enfrentar problemas legales por permanecer en Brasil, ya que su inmunidad presidencial expirará cuando Lula asuma el cargo.
El vicepresidente Hamilton Mourao ahora es presidente interino, dijo su responsable de prensa a Reuters, confirmando que Bolsonaro se había ido del país.
MIRA AQUÍ: Nuevos alcaldes empezarán con 25% más recursos que los actuales
“Estoy en vuelo, regreso pronto”, dijo Bolsonaro, según CNN Brasil. Su oficina de prensa no respondió a una solicitud de comentarios.
Antes del despegue, Bolsonaro pronunció un último discurso en redes sociales con los ojos llorosos en el que repasó los aspectos más destacados de su mandato, buscó defender su legado y trató de inspirar a sus seguidores a continuar oponiéndose a Lula.
Parte de sus seguidores se han negado a aceptar la victoria de Lula y han creído las afirmaciones infundadas de Bolsonaro de que las elecciones de octubre constituyeron un fraude. Esto ha contribuido a un ambiente tenso en Brasilia, donde ha habido disturbios y un atentado frustrado la semana pasada.
Bolsonaro calificó el complot de explosivos como un “acto terrorista” para el que no había justificación. Buscó distanciarse de George Washington de Oliveira Sousa, el hombre que confesó haber fabricado la bomba.
La rápida salida de Bolsonaro es una decepción para muchos en la derecha, donde su reputación se ha visto afectada por su silencio tras los comicios. Sus socios políticos quieren que lidere la oposición conservadora contra Lula con miras a derrocarlo en las próximas elecciones de 2026.
Fuente: Reuters