La leyenda del fútbol Lionel Messi hizo historia la noche del viernes cuando pisó la cancha por primera vez como jugador del Inter Miami, lo que marca el comienzo de un nuevo e intrigante capítulo en la carrera de 20 años del argentino.
Su traslado desde Europa, el epicentro del fútbol de clubes, hasta el sur de Florida, un remanso relativo para el deporte más popular y visto del mundo, fue anunciado como un golpe maestro para Estados Unidos. No hay duda de que eso es así, pero América Latina también podría verse muy beneficiada.
Las expectativas no podrían ser más altas para la Major League Soccer, o MLS, como se conoce a la liga profesional masculina de Estados Unidos.
La llegada de uno de los mejores futbolistas de la historia, si no el mejor, ya ha pagado dividendos para el deporte en Estados Unidos. Jorge Mas, el multimillonario dueño del Inter Miami, dijo a Bloomberg News que la llegada de Messi a Estados Unidos generará millones de nuevos suscriptores para el servicio de streaming de Apple TV+.
Dichas expectativas son la razón por la cual el argentino pudo negociar acuerdos de reparto de ingresos y una futura participación accionaria en el equipo. En las seis semanas desde que se anunció el fichaje de Messi, la cantidad de seguidores en Instagram del Inter Miami se ha disparado y ya sobrepasó los 10 millones, superando a los Chicago Bulls de la NBA.
Pero el fichaje de Messi en Estados Unidos también es una oportunidad para América Latina, una región que históricamente ha producido algunos de los mejores talentos del deporte y tiene algunas de las fanaticadas más apasionadas del mundo, pero que ha tenido problemas para producir franquicias globales en medio de una mala administración y deficiencias financieras y de infraestructura.
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Dada la creciente colaboración entre la MLS y la liga profesional de México, así como la serie de campeonatos de la Concacaf —el organismo rector del fútbol para Norteamérica, Centroamérica y el Caribe—, es razonable pensar que Messi y el Inter Miami jugarán partidos en toda la región en varias ocasiones durante su contrato, algo inimaginable incluso hace solo unos meses, cuando estaba bajo contrato con el Paris Saint-Germain de Francia.
Además de los partidos en la liga, también hay un activo calendario de campeonatos por delante. En enero, la Concacaf y su contraparte sudamericana, la Conmebol, acordaron ser coanfitriones de la Copa América —el campeonato de selecciones nacionales más antiguo del mundo— que se realizará en Estados Unidos el próximo año con la participación de 16 países de ambas federaciones.
Además de generar ingresos adicionales por jugar más equipos en estadios más grandes en una nación rica, el torneo servirá como preparación para la Copa del Mundo de 2026, que será organizada conjuntamente por Estados Unidos, Canadá y México.
Como he dicho antes, todos estos campeonatos en Norteamérica y el interés de Messi en defender los recientes trofeos internacionales de Argentina pueden explicar en parte por qué el jugador de 36 años eligió a Miami para continuar su carrera, aunque no está claro si estará en la condición física adecuada para participar en la próxima Copa del Mundo.
El premio mayor para el fútbol sudamericano sería que el Inter Miami jugara en uno de sus populares campeonatos. Si bien los equipos mexicanos han participado durante muchos años en la Copa Libertadores, el torneo de clubes más importante de la región, esa asociación terminó en 2017. Pero con el fichaje de Messi, se especula, quizás con fundamento, que los equipos de la Concacaf regresarán a la Libertadores.
¿Por qué? Ahora que Messi vive aproximadamente en la misma zona horaria que todo el continente americano, es fácil ver el potencial de usar su estrellato de manera creativa para favorecer el juego en América Latina, pese a que la MLS pueda ser considerada un rival cada vez más importante para las ligas locales. Estoy seguro de que Apple TV+ y las cadenas con derechos de las otras competencias, incluidas ESPN y Paramount+, están trabajando arduamente para que esto suceda.
También hay que destacar que la Conmebol ha estado tratando de ampliar su perfil global, mejorando la calidad de sus competencias y expandiéndose más allá de sus fronteras, intentando que tanto los jugadores, como los fanáticos, los medios y la prensa dejen atrás el escándalo de corrupción de la FIFA de 2015 que perjudicó enormemente su reputación.
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Un acuerdo con la UEFA de Europa ofrecerá nuevos eventos entre las dos regiones más exitosas para el fútbol internacional, comenzando con la Finalissima que se jugó en Londres el año pasado. Y la Copa Libertadores de este año ofrece más de US$ 207 millones en premios, un 21% más que en 2022, gracias a la venta de derechos de transmisión más lucrativos. Claro, la cifra es pequeña en comparación con los US$ 2,000 millones que distribuye la Liga de Campeones europea, pero es importante para clubes que generalmente tienen limitados recursos.
El mundo está tomando nota. El inversionista Jordan Gardner, expresidente del club danés Helsingør, dice que la región tiene la pasión y el talento de los jugadores para expandir el negocio del fútbol a medida que las economías nacionales continúan creciendo. “El fútbol en América Latina tiene potencial, está poco desarrollado y se ha invertido poco en él”, señala. “Hay una oportunidad para sostener la inversión privada y mejorar la infraestructura”.
Y ya está sucediendo. Hace poco, los clubes brasileños firmaron un acuerdo para vender parte de sus derechos comerciales a inversionistas por US$ 500 millones. Los derechos de los medios y la propiedad de las ligas en Perú, Chile y Argentina también han atraído la atención de los inversionistas.
Pero es posible que esta sea la pregunta más importante: ¿la llegada de Messi a Miami y la promesa de dinero nuevo detendrán el éxodo de jóvenes jugadores latinoamericanos a Europa e incluso a Estados Unidos? Eso es poco probable por ahora. El fútbol europeo sigue siendo, por lejos, el más prestigioso, emocionante y rentable del mundo.
Desde el punto de vista comercial, seguirá siendo lógico que el talento local gravite hacia allá. Pero como también dice Gardner, los mayores vínculos entre Europa y Sudamérica pueden beneficiar a ambas partes. Por ejemplo, hacer que las estrellas latinoamericanas regresen antes a la región cuando todavía les quedan algunos años de desempeño de élite.
No me malinterpreten. Está claro que la MLS logrará grandes mejoras en cuanto a calidad y desempeño comercial con Messi a bordo. Pero América Latina también puede resultar beneficiada si tanto patrocinadores como autoridades del deporte juegan bien las cartas.
Por Juan Pablo Spinetto
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