Encargados de juzgar al presidente Donald Trump a partir del próximo martes, los senadores de Estados Unidos prestarán este jueves juramento ante el jefe de la Corte Suprema, que presidirá el histórico proceso de destitución contra el mandatario republicano.
La acusación contra Trump, el tercer presidente en ejercicio en ser sometido a juicio en la historia de Estados Unidos, fue oficialmente transmitida el miércoles al Senado.
El mandatario estadounidense deberá enfrentar dos cargos (abuso de poder y obstrucción al Congreso) por las presuntas presiones para convencer a Ucrania de abrir una investigación sobre el demócrata Joe Biden, su potencial rival en las presidenciales de noviembre.
Tras acusar formalmente al mandatario el 18 de diciembre en la Cámara Baja, dominada por los demócratas, los congresistas avalaron el miércoles transferir el acta con los cargos al Senado y nombraron a siete representantes para ejercer de fiscales en el juicio contra el mandatario.
En una ceremonia solemne el miércoles, la líder demócrata de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, firmó el acta de acusación. “Hoy entramos en la historia”, aseguró. “Este presidente tendrá que hacerse responsable”, agregó. “Nadie está sobre la ley”.
Después, los siete legisladores demócratas designados para liderar la acusación contra Trump atravesaron los pasillos del Congreso para llevar los cargos de acusación al Senado, una formalidad que subraya la gravedad del momento.
“Experiencia jurídica”
El jefe de la mayoría republicana en el Senado, Mitch McConnell, anunció que la lectura formal de los artículos de la acusación en la Cámara Alta será el mediodía de este jueves.
Entonces, el presidente de la Corte Suprema, John Roberts, quien presidirá el juicio político, hará jurar a los senadores “hacer justicia de manera imparcial”.
Pero “el juicio comenzará de verdad el martes”, dijo McConnell, un fiel defensor de Trump.
“Este es un momento difícil para nuestro país, pero este es precisamente el tipo de momento para el cual los redactores crearon el Senado”, afirmó el líder republicano, en referencia a los autores de la Constitución de Estados Unidos.
Según un alto responsable del gobierno de Trump, el proceso no debería durar más de dos semanas, un tiempo que permitiría al presidente volver a enfocarse nuevamente en breve en su campaña de reelección.
Durante ese tiempo, los senadores deberán asistir a las audiencias, sin salir de la sala y manteniendo una gran silencio. Si tienen preguntas para las partes, deberán hacerlas por escrito a Roberts, que luego las leerá en voz alta.
El líder de la acusación será el legislador demócrata Adam Schiff, una de las bestias negras de Trump. Presidente del Comité de Inteligencia de la Cámara de Representantes, el congresista de 59 años fue quien lideró las investigaciones sobre el caso ucraniano.
En el equipo acusador estará también el presidente del Comité Judicial, Jerry Nadler, otro enemigo jurado de Trump. Y habrá tres mujeres, dos negras y una hispana, reflejando la diversidad del partido.
Pelosi explicó que los siete miembros del equipo fueron elegidos por su “experiencia jurídica”, pues se trata de exfiscales, un abogado y una exjefa de policía.
“Estafa”
“Aquí vamos de nuevo, con otra estafa hecha por demócratas-que-no-hacen-nada”, escribió el miércoles en Twitter Trump, quien se dice víctima de una “cacería de brujas”.
El presidente “no ha hecho nada malo”, se sabe “completamente inocente”, reafirmó por su parte la Casa Blanca.
De momento, los republicanos han cerrado filas en torno a Trump y por la mayoría que tienen en el Senado, con 53 de los 100 asientos, seguramente el mandatario sea absuelto. Pues son necesarios dos tercios de los votos para destituirle.
Los demócratas esperan, no obstante, que el proceso haga emerger nuevos elementos comprometedores para Trump y reclaman que cuatro de sus consejeros más cercanos testifiquen.
Buscan probar que el mandatario retuvo secretamente 391 millones de dólares en ayuda militar a Ucrania para presionar a Kiev para que investigara al exvicepresidente Biden, cuyo hijo tiene desde hace años negocios en Ucrania.
El martes, los demócratas develaron documentos inéditos, provenientes principalmente de registros de las conversaciones telefónicas de Lev Parnas, un estadounidense de origen ucraniano arrestado en octubre por violación de las reglas de financiamiento electoral.
Este último habría trabajado junto a Rudy Giuliani, abogado del presidente estadounidense, para presionar a Kiev.
Trump “sabía exactamente lo que pasaba” en relación con la presunta campaña de presión sobre autoridades ucranianas, declaró el miércoles Parnas en la cadena MSNBC. “Estaba al tanto de todos mis movimientos. Yo no habría hecho nada sin el consentimiento de Rudy Giuliani o del presidente”, dijo.
El mandatario estadounidense había marcado distancia con Parnas al momento de su arresto, afirmando que no le conocía ni sabía lo que hacía.
Para el demócrata Nadler, este proceso de destitución es “también un juicio del Senado”. “Vamos a ver si aceptan realizar un proceso equilibrado al autorizar testimonios o si quieren suavizar el caso”.