Las autoridades de la Reserva Federal tienen “aún tienen mucho tiempo” para decidir la magnitud del aumento de la tasa de interés clave en su próxima reunión de política monetaria del 20 y 21 de setiembre, dijo el viernes el presidente del banco de la Reserva Federal de Richmond, Thomas Barkin.
Puesto que existe una brecha inusualmente larga de ocho semanas entre reuniones, la Fed todavía tiene por delante una serie de datos económicos que incluyen empleo, inflación y otros informes que determinarán si el banco central opta por un aumento de 50 puntos base o un tercer incremento consecutivo de 75 puntos base.
Dada la fuerza de la inflación este año, con un aumento anual de los precios al consumo del 8.5% en julio, Barkin dijo a periodistas que el “ánimo” entre los banqueros centrales era el de acelerar las subidas de las tasas.
La inflación, calculada con la medida que prefiere la Reserva Federal, es aproximadamente tres veces superior al objetivo del 2% del banco central, y los responsables de la política monetaria han hecho del control de los precios su prioridad.
Pero después de uno de los cambios más rápidos de la política monetaria en décadas, Barkin dijo que el impulso para subir las tasas también debe equilibrarse con el impacto que las subidas están teniendo en la economía, y con la sensibilidad al hecho de que todo el peso de esos efectos puede verse con retraso.
Hasta ahora, dijo, la reciente publicación de fuertes ventas minoristas, una producción industrial más fuerte de lo esperado y la continuación de la contratación muestran que la economía estadounidense puede haber ganado fuerza desde la reunión de la Fed del 26-27 de julio, en lugar de mostrar una clara evidencia de que la demanda se estaba enfriando.
“Las métricas de actividad subyacentes (...) parecen más fuertes que hace tres semanas”, dijo Barkin.
Si bien las últimas lecturas de la inflación mostraron cierta ralentización de los precios, lo atribuyó a los cambios en los valores de los automóviles y las prendas de vestir.
“Se trata de un equilibrio entre el grado de fortaleza subyacente de la economía y, por tanto, la presión sobre los precios, y el grado de relajación de esa presión sobre los precios” debido a otros cambios en la oferta o en los mercados de materias primas, dijo Barkin.
“En el margen, me inclino por ‘llegar más rápido’” al mover las tasas al nivel restrictivo que será necesario para enfriar la demanda y controlar los precios, dijo Barkin. Sin embargo, “aún me queda la duda de cómo equilibrar esa urgencia con la incertidumbre sobre la salud subyacente de la economía en un mundo en el que nuestros movimientos funcionan con retraso”.
La Fed ha elevado su tasa de interés 2,25 puntos porcentuales desde marzo, incluyendo dos movimientos de 75 puntos básicos en junio y julio. Se espera que los funcionarios suban el tipo medio punto o tres cuartos de punto porcentual el próximo mes.