Un analista bursátil que se destacó hace unos quince años al poner de relieve el tema de la desigualdad está apoyando la idea de que el enfrentamiento entre EE.UU. y China por la supremacía económica podría ser de gran ayuda para los inversores.
Los operadores bursátiles han considerado la escalada de las tensiones entre Estados Unidos y China, desde que el presidente Donald Trump asumió el cargo en el 2017, como algo principalmente negativo.
Y los titulares que anuncian nuevos aranceles u otras medidas proteccionistas por parte de estos países han afectado las bolsas en jornadas concretas, aunque no impidieron que las bolsas mundiales alcanzaran máximos históricos antes de la crisis del coronavirus.
Ajay Kapur, responsable de estrategia de mercados emergentes de Asia y mundiales de Bank of America, dice que la rivalidad podría tener muchas ventajas, particularmente al impulsar la inversión y la innovación. Un incremento más firme de la productividad ayudaría a impulsar los rendimientos de la inversión en una variedad de activos, escribió Kapur con compañeros en un informe del 7 de junio.
“Para los inversores de capital, especialmente los inversores de crecimiento, la rivalidad de los grandes poderes regarán las semillas de las nuevas tecnologías militar-civiles que están germinando hoy y que florecerán de formas desconocidas en las próximas décadas”, señalaron Kapur y sus compañeros.
El equipo citó ejemplos históricos como la rivalidad entre el Reino Unido y Alemania a finales de la década de 1890 hasta principios de la década de 1900, junto con el conflicto entre Estados Unidos y la Unión Soviética, como períodos en los que las grandes rivalidades actuaron como estímulo para el desarrollo tecnológico.
Entre las consecuencias en la inversión de un menor énfasis en las cadenas de suministro globales y unas políticas estratégicas cada vez más nacionalistas de las dos mayores economías del mundo, los estrategas de Bank of America destacaron lo siguiente:
“La tecnología es el mayor ganador”, escribieron. La robótica, la investigación espacial, la ciberseguridad y la inteligencia artificial, junto con los fabricantes de semiconductores y los diseñadores de chips, son candidatos “lógicos”.
Argumentaron que la renta variable asiática en particular, con su “sesgo tecnológico”, será probablemente la ganadora.
Los rendimientos de los bonos soberanos se mantendrán bajos, por lo que no es probable que sean buenas coberturas para carteras de renta variable, escribieron. El efectivo podría ser una “solución temporal”, aunque las monedas respaldadas por el oro y la cadena de bloques podrían desempeñar un papel de diversificación mayor, escribieron.
Los medios de comunicación desempeñarán un papel en la guerra de la comunicación, y los patriotas y los de tendencia nacionalista podrían beneficiarse, escribieron.
Los proveedores de defensa y tecnología financiera también deberían beneficiarse, concluyeron.
“Dos grandes potencias competidoras, que utilizan el balance del Gobierno y cero tasas de interés reales por el exceso de ahorro” generado por las sociedades ultra-ricas y de alto ahorro como Japón, escribieron Kapur y sus compañeros.