Funcionarios gubernamentales y de la industria que se enfrentan a una epidemia de “ransomware”, en la que los piratas informáticos congelan computadoras y exigen un pago por desbloquearlas, se están centrando en una regulación de las criptomonedas como clave para combatir el flagelo, dijeron fuentes conocedoras del trabajo de un grupo público y privado.
En un informe que se publicará el jueves, se espera que el grupo de expertos pida un seguimiento mucho más agresivo del bitcóin y otras criptodivisas que, aunque han ganado aceptación entre los inversores en el último año, siguen siendo el medio de vida de los operadores de ransomware y otros delincuentes que corren pocos riesgos de ser procesados en gran parte del mundo.
Las bandas de ransomware recaudaron casi US$ 350 millones el año pasado, el triple que en el 2019, escribieron esta semana dos miembros del grupo de trabajo.
Empresas, agencias gubernamentales, hospitales y sistemas escolares se encuentran entre las víctimas de los grupos de ransomware, algunos de los cuales, según los funcionarios estadounidenses, tienen relaciones amistosas con países como Corea del Norte y Rusia.
“Hay mucho más que se puede hacer para limitar el abuso de estas tecnologías tan sorprendentes”, dijo Philip Reiner, director ejecutivo del Instituto de Seguridad y Tecnología, que dirigió el Grupo de Trabajo sobre Ransomware, pero no quiso comentar el informe antes de su publicación.
Hace apenas una semana, el Departamento de Justicia de Estados Unidos creó un grupo gubernamental sobre ransomware. Los reguladores de los bancos centrales y los investigadores de delitos financieros de todo el mundo también están debatiendo si las criptodivisas deben ser reguladas y cómo.
Las nuevas normas propuestas por el grupo público-privado, algunas de las cuales requerirían la intervención del Congreso, están dirigidas principalmente a romper el anonimato de las transacciones de criptodivisas, dijeron las fuentes.
Si se aplican, podrían moderar el entusiasmo de quienes ven las criptodivisas como un refugio frente a las políticas monetarias nacionales y la supervisión gubernamental de las actividades financieras de los individuos, y que han superado el billón de dólares de capitalización total.
El grupo de trabajo incluye representantes del FBI y del Servicio Secreto de Estados Unidos, así como de las principales empresas tecnológicas y de seguridad.