Miles de personas fueron despedidas en una semana en Estados Unidos debido a las drásticas medidas adoptadas para luchar contra el coronavirus, un argumento que blandirá el gobierno de Donald Trump para llevar al Congreso a aprobar un paquete de reactivación económica de US$ 1.3 billones.
Mientras las negociaciones continúan el jueves entre bastidores, el Departamento de Trabajo de Estados Unidos publicó estadísticas preocupantes sobre el mercado del empleo en medio de la pandemia.
Los pedidos semanales de subsidios por desempleo aumentaron fuertemente (+70,000) como consecuencia del impacto económico de la pandemia, hasta las 281,000 nuevas solicitudes en datos corregidos por variaciones estacionales en la semana que terminó el 14 de marzo.
Se trata del nivel más alto desde septiembre del 2017, precisó en un comunicado.
La cifra supera las proyecciones de los analistas, que esperaban 220,000 nuevas inscripciones a este seguro.
El aumento es "claramente atribuible a los impactos" del coronavirus, señaló el ministerio, que añadió que en numerosos estado hubo un aumento de los despidos vinculados a la pandemia, especialmente en los sectores de la hotelería, los restaurantes y el transporte.
Medidas como el cierre de bares o restaurantes, la cancelación de vuelos, eventos y viajes por turismo para contener la expansión del mal llevan a muchos sectores a una caída de actividad.
En Estados Unidos, muchos empleos del sector servicios son precarios, pagados por día o semanalmente. Cuando la coyuntura se deteriora son las primeras víctimas, pues no existe una red de seguridad social como ocurre en Europa o en países de América Latina.
En algunos Estados, como Nueva York, Oregon y Nueva Jersey, hubo un flujo tal de personas que pidieron subsidios por internet, que los sistemas se bloquearon, según la radio pública NPR.
Según CNBC, Michelle Myer, economista en jefe de Bank of America, envió una carta a los clientes de la institución para informarles de que la economía estadounidense, "en caída libre" por la pandemia, está en recesión.
"Se perderán empleos, se destruirá riqueza, la confianza se erosionará", advierte. "El declive será importante pero pensamos que será de corta duración", añadió.
Varios economistas señalaron en los últimos días que los fundamentos de la economía estadounidense estaban sanos antes del surgimiento de esta pandemia y esperan que se produzca un rebote importante una vez que pase la crisis.
De hecho, Estados Unidos tenía una tasa de desempleo de 3.5% en febrero, un mínimo en cinco años, y la previsión de crecimiento económico era de más de 2%, por encima de Europa.
Surgida en China a fines del 2019, esta pandemia ha dejado 10,755 contagiados y 154 muertos en Estados Unidos, según la última proyección de la universidad John Hopkins.
Cuarto trimestre “gigante”
El secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, declinó comentar este jueves pronósticos económicos catastróficos para el segundo trimestre, luego de que el banco JP Morgan estimara una contracción del PBI de 14% en Estados Unidos.
"Pienso que hay especulaciones. Nadie tiene un panorama exacto de la situación", enfatizó.
Sin embargo en el tercer trimestre podría haber un rebote, para un cuarto trimestre "gigantesco", señaló, confiado en la capacidad del país de encontrar una vacuna.
En este momento la prioridad es que se adopte "el plan de reactivación de un billón de dólares para inyectar dinero en la economía", destacó Mnuchin en Fox Business News.
El miércoles, el ministro sostuvo que el desempleo podría llegar al 20% si los legisladores no actúan rápidamente.
Anticipando un debate sobre el déficit que generaría un plan de este volumen inédito, Mnuchin destacó que emitir más deuda pública "no es un problema".
El Partido Republicano de Trump, que controla el Senado, había recortado las aspiraciones de los demócratas en la Casa Blanca cuando en el 2009 pidieron un megapaquete financiero para enfrentar la crisis hipotecaria y bancaria.
El Fondo Monetario Internacional advierte regularmente a Estados Unidos del nivel de su deuda pública, exponencial.
Antes de la pandemia, el déficit fiscal federal estaba proyectado por encima del billón de dólares anual en los próximos diez años.