Ecuador, que afronta una grave crisis eléctrica por su peor sequía en seis décadas, anunció que eliminó subsidios a la energía destinados a las empresas mineras. “Ese subsidio incongruente e injusto que han tenido las mineras, no va más”, expresó el presidente Daniel Noboa a través de su cuenta en la red X.
Agregó que “los subsidios deben ir a quien más los necesita. Con sentido de justicia y acciones, estamos arreglando el sistema roto que nos dejaron. No pararemos”.
El gobierno no precisó cuánto representa el subsidio a la electricidad para el sector minero, que con apenas dos yacimientos industriales de oro y cobre generó el récord de US$ 3,324 millones en exportaciones en 2023.
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Tras apagones por efecto de la temporada seca que se han registrado durante todo el año, la presidenta de la Cámara de Minería, María Eulalia Silva, dijo en mayo en un comunicado que las tarifas “no constituyen un subsidio” sino que responden a precios según las “condiciones energéticas y económicas al momento de la suscripción de los contratos de inversión y explotación”.
Entre enero y julio de 2024, las ventas mineras del país alcanzaron los US$ 1,875 millones, de acuerdo con el Banco Central.
Los ingresos del sector para Ecuador, que en 2019 se abrió a la minería a gran escala, podrían ascender a US$ 10,000 millones de dólares (un 10% del PBI) en 2030, según la Cámara.
Noboa señaló que junto a la ministra encargada de Energía y Minas, Inés Manzano, “damos el primer paso para que el subsidio a la electricidad no vaya a los mayores consumidores”. “Las mineras en Ecuador consumen más energía de la que necesita un hospital para operar. Y aún así, su tarifa de energía ha sido subsidiada por el Estado”, indicó.
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El prolongado estiaje, el mayor en 61 años de acuerdo con el Ejecutivo, ha reducido desde hace tres meses a mínimos históricos los embalses de las centrales hidroeléctricas, que cubren un 70% de la demanda nacional de energía.
La situación ha derivado en una nueva etapa de apagones en todo el país, que se mantiene desde setiembre pasado. Los actuales racionamientos son de hasta 10 horas diarias y se podrían extender al menos hasta diciembre próximo.
Gremios empresariales sostienen que cada hora de corte de electricidad deja pérdidas por US$ 12 millones.
Frente a la sequía, que también ha generado unos 3,600 incendios forestales, una afectación en el suministro de agua potable y problemas en la producción agrícola y de telecomunicaciones, 20 de las 24 provincias ecuatorianas están en alerta roja.