Primer ministro chino Li Keqiang. (Foto: Reuters)
Primer ministro chino Li Keqiang. (Foto: Reuters)

El primer ministro chino Li Keqiang advirtió que la segunda economía mundial, afectada por las duras restricciones antiCOVID, enfrenta desafíos “más importantes” que las experimentadas durante la primera ola de la pandemia.

China es la última gran economía mundial en mantener la estrategia de “COVID cero” para erradicar el virus en su territorio a base de duros confinamientos, cierres fronterizos y test masivos que han afectado a los negocios.

Las recientes restricciones en decenas de ciudades, incluyendo importantes centros industriales como Shenzhen o Shanghái, han perturbado las cadenas de suministro y han hundido los indicadores económicos a su nivel más bajo en dos años.

“Las dificultades son, en algunos puntos de vista y en cierta medida, más importantes todavía que cuando la pandemia golpeó duro en el 2020″, dijo Li el miércoles en una reunión del Consejo Estatal, según la agencia oficial de prensa Xinhua.

“Estamos actualmente en una coyuntura crítica para determinar la tendencia económica de todo el año”, señaló Li, citado por Xinhua.

“Tenemos que aprovechar esta ventana temporal y esforzarnos por devolver la economía a la senda normal”, añadió.

Las declaraciones de Li se suman a un creciente coro de llamados de responsables y dirigentes empresariales por un mejor equilibrio entre el control del virus y proteger la economía.

Las ventas minoristas se hundieron 11% interanual en abril y la producción industrial se contrajo 2.9%, los peores datos desde la primera ola de la pandemia.

Además, el desempleo urbano volvió a su tasa de febrero del 2020, amenazando el objetivo de crecimiento de 5.5% anual fijado por las autoridades.

En marzo y particularmente en abril, indicadores como el empleo, la producción industrial, el consumo eléctrico o el transporte de mercancías cayeron “significativamente”, señaló Li, subrayando la importancia de coordinar el control del virus con el desarrollo económico.

China atraviesa su peor momento en la pandemia desde la primera ola del 2020, con Shanghái confinada prácticamente desde abril e importantes restricciones en Pekín.

El gobierno ofreció reducciones fiscales y un programa de bonos para ayudar a las empresas, pero los analistas aseguran que el crecimiento se tambaleará si no se relajan las medidas de control sanitario.

S&P Global Ratings redujo su previsión de crecimiento anual de China de 4.9% a 4.2% para este año y los analistas de Nomura indicaron en un informe reciente que hay “una creciente posibilidad de un crecimiento negativo del Producto Bruto Interno (PBI) en el segundo trimestre”.