El asediado promotor chino Country Garden se enfrentaba el jueves a una prueba clave para la confianza de los inversores, ya que sus acreedores debían votar si retrasaban los pagos de un bono privado “onshore”, mientras Pekín desplegaba más medidas de apoyo al sector inmobiliario.
La votación sobre el bono privado de 3,900 millones de yuanes (US$ 535.4 millones) es un obstáculo clave que Country Garden tendrá que superar en sus esfuerzos por evitar el impago en medio de una espiral de crisis financiera y la oposición de algunos acreedores.
La votación debía concluir a las 10 de la noche (1400 GMT), hora de Hong Kong. La votación se celebrará mediante reuniones privadas y no está claro con qué rapidez se pondrán los resultados a disposición de los bonistas.
Country Garden es el mayor promotor privado de China. Los crecientes problemas de la empresa son los últimos que afectan al sector inmobiliario y han desatado temores de contagio al sistema financiero en un momento en que el país ya está luchando contra una desaceleración económica más amplia.
El sector inmobiliario, que representa cerca de una cuarta parte de la economía y se enfrenta a una crisis de deuda que ha sacudido los mercados mundiales, ha entrado en una espiral descendente desde 2021, después de que Pekín tomara medidas enérgicas contra la acumulación de deuda por parte de los promotores.
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“Una desaceleración china está descontada en los mercados mundiales, pero una recesión real de la segunda mayor economía del mundo no es ideal para nadie”, dijo Matthew Pestronk, presidente y cofundador de Post Brothers, una empresa de desarrollo inmobiliario con sede en Filadelfia.
A medida que aumenta la preocupación por que la crisis afecte cada vez más a la economía del país, lastrando la confianza de los consumidores y asustando a los inversores, el gobierno chino ha puesto en marcha una serie de medidas de apoyo en los últimos días.
En la última medida, el Banco Popular de China, el banco central del país, anunció el jueves la reducción de las tasas de interés de las hipotecas existentes para los compradores de primera vivienda, así como de la cuota inicial en algunas ciudades.
Aunque no especificó la cuantía de los recortes, el banco central dijo que el ratio de entrada para la compra de primera vivienda no debería ser inferior al 20%, y no inferior al 30% para la compra de segunda vivienda. En la actualidad, la mayoría de las grandes ciudades exigen cuotas iniciales del 30% y el 40% o más, respectivamente.
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Por otra parte, otras dos grandes ciudades declararon que permitirían a los ciudadanos acceder a préstamos preferenciales para la compra de su primera vivienda con independencia de su historial crediticio, después de que Cantón y Shenzhen adoptaran medidas similares el miércoles.
Goldman Sachs dijo en una nota que ve “muchas posibilidades” de que otras grandes ciudades sigan su ejemplo de facilitar las hipotecas. Si la medida se aplica de forma generalizada en las grandes ciudades, “podría dar un modesto impulso de crecimiento al mercado inmobiliario”, aunque es probable que la magnitud sea moderada, señaló la nota.
Para agravar aún más los problemas del sector inmobiliario, Moody’s rebajó el jueves la calificación crediticia de Country Garden en tres escalones, de Caa1 a Caa1, ante la preocupación de que la empresa pudiera estar al borde del impago.
“Las rebajas de calificación con perspectiva negativa reflejan la escasa liquidez de Country Garden y el mayor riesgo de impago, así como las perspectivas de recuperación de los tenedores de bonos de la empresa”, afirmó el vicepresidente senior de Moody’s, Kaven Tsang.
Fuente: Reuters
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