El director de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, consideró este martes “prematuro” declarar una victoria contra el COVID-19 y abandonar el empeño de detener la transmisión del virus.
“Es prematuro que cualquier país capitule o se declare victorioso”, dijo el responsable en una rueda de prensa, preocupado ante el aumento del número de muertes en la mayoría de las regiones del planeta.
Su llamado a la prudencia se produce en un momento en el cual algunos países buscan volver a la normalidad. Por ejemplo Dinamarca levantó el martes las restricciones, pese a registrar un récord de casos de COVID-19, estimando que la amplia cobertura de las vacunas y la menor gravedad del cuadro que produce la variante ómicron lo permite.
“Más transmisión implica más muertes”, afirmó el médico.
Desde que la variante ómicron fue detectada por primera vez hace diez semanas, la OMS ha recibido el reporte de 90 millones de casos.
“Estamos preocupados por el hecho de que se haya instalado un relato en ciertos países de que gracias a las vacunas y debido a la alta contagiosidad de ómicron y de su menor gravedad, no es posible prevenir el contagio”, indicó el jefe de la OMS.
“Esto no puede estar más lejos de la verdad”, afirmó el doctor Tedros, subrayando el virus es “peligroso”, un mensaje que repite desde que apareció esta variante.
“No le pedimos a los países que reinstauren los confinamientos, pero los llamamos a proteger a su población usando todos los medios disponibles y no solamente las vacunas”, indicó el alto cargo de la OMS.
Además señaló que el virus va a seguir evolucionando, por lo que llamó a los países a seguir efectuando pruebas, monitoreo y secuenciación.
“No podemos combatir este virus si no sabemos lo que está haciendo”, afirmó el médico.
El director de la OMS estimó además que si el virus sigue evolucionando, “quizás las vacunas también deberán evolucionar”.