Una cultura propia, un convenio de protección social, un fondo indígena o un sistema de cooperación regional que es una referencia mundial son algunos de los grandes hitos sociales de las Cumbres Iberoamericanas, que este lunes cumplen 30 años.
Tres décadas después de provocar un diálogo político al más alto nivel entre los 22 países iberoamericanos, los 19 de América Latina, España, Portugal y Andorra, Iberoamérica conmemora este lunes el día de la primera Cumbre Iberoamericana, celebrada en Guadalajara (México) el 19 de julio de 1991.
Modelo de cooperación referencia mundial
La cooperación Sur-Sur y triangular en Iberoamérica es una rara avis que engloba a todos los Estados de la región y donde no se sigue la jerarquía tradicional de esos sistemas de ayuda, en la que los países del norte son los donantes y los del sur los receptores.
En palabras de la secretaria general iberoamericana, Rebeca Grynspan, “no hay país que no tenga nada que enseñar y no hay país que no tenga nada que aprender”.
Para Martín Rivero, responsable de Cohesión Social de la Secretaría General, donde también se redacta un informe sobre las iniciativas de este tipo de cooperación que ya suma más de 10,000 proyectos, se trata de un sistema “excepcional a nivel internacional” basado en la “solidaridad intrarregional”.
“En la Cumbre del 2007 de Chile se decide comenzar a trabajar en sistematizar y elaborar un reporte de cooperación, si bien las Cumbres no inventan la cooperación Sur-Sur que los países ya hacían, sí inventan el espacio técnico y político donde se sistematiza y a partir del informe se aprende para mejorar. Es algo único en el mundo”, asegura.
Migrantes no pierden su cotización
Cerca de 86,000 iberoamericanos se han beneficiado de la existencia del Convenio Multilateral Iberoamericano de Seguridad Social firmado por 15 países de la región y en vigor en 12 de ellos, y que permite que las cotizaciones a la seguridad social puedan migrar de un Estado a otro, si así lo hace el trabajador.
Aprobado en el 2005 en la Cumbre de Salamanca, “se propuso avanzar de manera progresiva en la cobertura universal” de los ciudadanos iberoamericanos que tenían que migrar para encontrar oportunidades, cuenta a Efe la secretaria general de la Organización Iberoamericana de Seguridad Social, Gina Magnolia Riaño.
“En nuestra región hay 11.5 millones de migrantes intrarregionales, este convenio les reconoce a ellos y a sus familias, es un instrumento muy importante que hay que seguir profundizando y reconociendo en todas las Cumbres”, añade.
Desarrollo de pueblos indígenas
“Los problemas de los pueblos indígenas en cuanto a ejercicio de sus derechos son inmensos, complejos y de muchísimos años, hay un rezago histórico que no se puede resolver en un tiempo corto”, explica el secretario técnico del Fondo para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas de América Latina y el Caribe, Gabriel Muyuy.
Muyuy, indígena colombiano, aplaude que en la Cumbre de Madrid de 1992 los países de la región acordaran crear un organismo “paritario” en el cual los gobiernos indígenas y los ejecutivos nacionales estuvieran “en igualdad de condiciones y capacidad de decisión”.
“Es un mecanismo único en el mundo”, dice el secretario, quien cuenta que en los casi treinta años de vida del Fondo han hecho esfuerzos para fortalecer las capacidades de los pueblos indígenas, algo que “ha ayudado mucho a mejorar la incidencia política” de estas comunidades y a que tengan un mejor acceso a ayudas públicas y de cooperación.
Se trata de “una lucha por la inclusión, el diálogo, el diseño de políticas públicas, y a nivel global para que esos espacios se den de la mejor manera, para tener foros donde los pueblos indígenas tengan voz directa y relación paritaria con los gobiernos”, añade.
Cultura propia
Dentro del sistema de cooperación iberoamericano, basado en ejes de conocimiento, cohesión social, innovación, género y cultura, destacan los programas de este último espacio, que además de ser los más numerosos han conseguido hilar una cultura diversa en una industria regional en música, danza o cine, sin dejar de lado la inclusión.
Para Elena Vilardell, secretaria general del programa Ibermedia, nacido en 1998 por mandato de los países en la Cumbre de Isla Margarita (Venezuela) del año anterior, los programas culturales “lo han hecho lo mejor que han sabido” y en concreto la iniciativa que dirige “ha funcionado muy bien”, porque las autoridades nacionales del ramo han “trabajado todos de manera conjunta”.
“Hemos aprendido mucho todos juntos, es lo que más le debemos a las Cumbres”, dice Vilardell, quien tiene claro que Ibermedia ha sido “muy importante” para los creadores audiovisuales de la región: “Quitando cuatro directores que hacen grandes películas, todas las demás cinematografías del continente, las que nos representan, beben del programa”, dice.