Los líderes de la Unión Europea (UE) encargaron este viernes a la Comisión Europea (CE) un plan común de emergencia para reducir la demanda energética y lograr que el bloque esté preparado ante posibles nuevos cortes en el suministro de gas de Rusia, que en las últimas semanas ya ha reducido o detenido las entregas a una docena de socios del club.
“Hay que empezar por estar preparados adecuadamente para cortes potenciales en las entregas de gas ruso. Hemos revisado todos los planes nacionales de emergencia para asegurar que todos están listos y estamos trabajando en un plan europeo común de emergencia para reducir la demanda energética con la industria y los Estados miembros”, anunció la jefa del Ejecutivo comunitario, Ursula von der Leyen, tras la cumbre de líderes.
“Lo hacemos porque hemos aprendido lecciones de la pandemia de COVID. Cuando actuamos juntos, a veintisiete, cuando evitamos la fragmentación, somos fuertes y tenemos un impacto importante”, subrayó la alemana antes de detallar que presentará en julio este texto a las capitales.
Von der Leyen especificó que hasta ahora son doce los Estados miembros a los que Moscú ha cortado total o parcialmente el gas y remarco que “siempre hay que esperar lo mejor y prepararse para lo peor”.
No obstante, advirtió de los peligros de adoptar únicamente medidas nacionales que puedan dañar al mercado interior y tener “influencia muy negativa” en otros socios del bloque y abogó por adoptar recortes de consumo o medidas de ahorro a nivel comunitario.
“Por ejemplo, si como medida nacional se reduce la producción de productos de recambios, puede no tener un gran ejemplo en tu país, pero puede tener un impacto fuerte en el país en el que se finaliza el producto entero. Por eso es muy importante tener una visión general y una preparación detallada sobre las medidas que podemos tomar”, argumentó.
Este plan de urgencia es el resultado más tangible de la segunda jornada de la cumbre de líderes de la UE, dedicada especialmente a la situación económica y a la inflación y en la que estuvo presente también la presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde.
La francesa, de hecho, trasladó en el encuentro que la guerra rusa está afectando “de forma tangible” a la actividad económica y debilitando el crecimiento a través de los “elevados costes energéticos”, los problemas de suministro y una inflación “indeseablemente alta”, según explicaron fuentes comunitarias.
Tope al precio del gas
En el texto de conclusiones, y tras la insistencia del primer ministro de Italia, Mario Draghi, los jefes de Estado y de Gobierno reiteran su petición a Bruselas para que planee medidas para “atajar los crecientes precios de la energía”, incluida la posibilidad de “introducir topes temporales en los precios de las importaciones”.
“Para el gas que viene por tubo de Rusia, Rusia no tiene otros compradores alternativos. La UE tiene un poder que puede ejercitar y no lo hace por miedo de algunos a que Rusia corte aún más el gas, pero esto es algo que ya ha sucedido”, subrayó Draghi en su rueda de prensa.
En opinión del canciller alemán Olaf Scholz, un tope al gas es una medida que no puede adoptarse de forma “individual y “puede funcionar” siempre que los Veintisiete actúen “todos juntos”. “Existen cuestiones globales y si no lo hacemos todos juntos no va a funcionar. Es la discusión en la que estamos unos con otros y creo que será algo que se trate en el G7″, auguró.
Sobre este punto, Von der Leyen afirmó que Bruselas está trabajando ya en “diferentes modelos” no sólo para conseguir reducir el precio de la energía sino también para evaluar el diseño del mercado eléctrico europeo, en el que el precio del gas marca el precio al que son remuneradas todas las fuentes que generan electricidad en el mercado mayorista.
“Fue diseñado para un momento en el que queríamos que las energías renovables entrasen en el mercado, pero ahora este cuadro ha cambiado totalmente”, aseguró la alemana, quien señaló que la Comisión trabajará durante todo el verano para que los líderes puedan evaluar un documento más específico en su primera reunión de otoño, en octubre.
El presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, remarcó que la idea inicial es retomar este debate, efectivamente, en octubre, pero puntualizó después que “no hay una decisión tomada”, dejando al puerta abierta a una reunión de líderes antes de lo previsto.