Los chilenos comenzaron este lunes el proceso para retirar, por tercera vez desde el inicio de la pandemia, sus ahorros previsionales, una medida planteada para aliviar la crisis que ha generado el COVID-19 y que puede suponer la salida de US$ 19,000 millones de los fondos.
Chile dio luz verde hace una semana a una iniciativa que permite retirar el 10% de las cuentas de ahorro individual de pensiones, de contribución obligatoria para los trabajadores, y que gestionan las Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP), empresas privadas.
En menos de una hora desde que se abrió el plazo, más de medio millón de chilenos ya había ingresado la petición para retirar el monto de su cuenta, según consignaron medios locales.
Este trámite, que se realizará de forma telématica durante las dos primeras semanas, podría beneficiar a alrededor de 10 millones de contribuyentes que recibirán en sus cuentas el dinero en menos de 15 días, según datos de la Asociación de las AFP.
Se trata del tercer retiro que aprueba Chile, después de los de julio y diciembre, que supusieron entre los dos un desembolso de más de US$ 37,000 millones para los fondos privados, según la Superintendencia de Pensiones.
Bono para personas sin fondos
Alrededor de 3 millones de pensionados ya no disponían en febrero de ahorros para un tercer retiro del 10% debido a los dos retiros anteriores, de acuerdo al ente regulador.
Este era uno de los argumentos que el Gobierno esgrimió para oponerse frontalmente al proyecto y la razón por la que ingresaron un proyecto, que se comenzará a debatir este lunes en el Parlamento y que busca entregar un bono de 200,000 pesos (US$ 280) para quienes se hayan quedado sin fondos.
Los retiros generan polémica: mientras que los detractores señalan que suponen una forma de hipotecar el futuro de los contribuyentes, los defensores opinan que la pandemia está durando más de lo previsto y que los US$ 18,000 millones en ayudas anunciadas por el Gobierno “no están llegando a la gente”.
Pese a ser uno de los países con más población vacunada del mundo, Chile atraviesa el peor momento de una segunda ola de COVID-19 que obligó a imponer cuarentenas masivas y que está suponiendo el final de miles de negocios que habían logrado salvarse del encierro del 2020, año en el que el Producto Bruto Interno (PBI) sufrió una caída de 5.8%.
El modelo de pensiones chileno, implantado por la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990) y pionero en la región en establecer la capitalización individual, es ampliamente criticado por las irrisorias jubilaciones que ofrece y los millonarios beneficios de las empresas privadas que gestionan los fondos.