Mauricio Macri
Mauricio Macri

Las posibilidades de que el presidente se imponga en las elecciones presidenciales argentinas de este año aumentan en un contexto en el que mejora la opinión pública y la economía comienza a recuperarse tras una crisis monetaria, según Alejandro Catterberg, director de Poliarquía, una de las principales encuestadoras del país.

"Si el clima social sigue mejorando durante los próximos cuatro meses, las posibilidades de ganar del gobierno son muy altas", comentó Catterberg en una entrevista, en referencia a la votación del 27 de octubre. "Mi intuición es que Macri gana, pero si solo observara los indicadores económicos diría que Macri pierde".

Poliarquía no mantiene un contrato con el gobierno de Macri y no trabaja con ninguna campaña presidencial, pero Catterberg comparte sus datos de sondeo con altos funcionarios de gobierno. El jefe de gobierno de la ciudad de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta, uno de los principales aliados de Macri, paga a Poliarquía por información. No reveló datos clave como la intención de voto porque está obligado por contrato a dar esas cifras solo a clientes.

Macri está aprovechando la reciente estabilidad de la economía, aunque el país sigue en recesión y el desempleo se mantiene en dos dígitos. Su aprobación subió a 34% en junio frente al 28% de mayo, según cifras de Poliarquía que compartió Catterberg. Todavía está lejos del 62% que registraba en noviembre del 2017 después de las elecciones legislativas.

El principal oponente de Macri es , cuya candidata a la vicepresidencia es Cristina Fernández de Kirchner, expresidenta entre el 2007 y 2015.

Catterberg afirma que la carrera presidencial se ha polarizado más en los últimos meses y que hay un 30% de posibilidad de que se decida en octubre, muy probablemente con una victoria absoluta de Fernández en la primera vuelta. Hace solo dos meses la probabilidad de que ocurriera tal resultado era nula, agregó.

Para ganar en primera vuelta se requiere más del 45% de los votos o 40% con una ventaja superior a 10 puntos porcentuales sobre el segundo lugar. Si eso no ocurre, los dos candidatos con mayor votación se enfrentarán en una segunda vuelta el 24 de noviembre.

Primarias
Desde la perspectiva de los inversores, Catterberg señala que el mejor escenario en las primarias del 11 de agosto es que Fernández obtenga menos del 40% de los votos y Macri se ubique a menos de 5 puntos porcentuales de distancia.

"Creo que si eso sucede, los mercados (o la gente) van a creer que es una distancia que se puede superar en el resto del ciclo electoral", planteó Catterberg, recordando que sería la mitad de la diferencia que Macri tuvo que remontar en su sorpresivo triunfo del 2015.

Una menor participación de los votantes en las primarias de agosto, como suele ser el caso, probablemente favorecerá a Macri en octubre porque está mejor posicionado para captar el apoyo de aquellos argentinos menos politizados que solo se presentan en las elecciones generales.

"Mientras más bajo sea el nivel de participación [en agosto], mejor será para Macri", dijo Catterberg. "Creo que hay un entendimiento en todos los partidos políticos de que si esto va a una segunda vuelta Macri tiene más posibilidades que el partido de Kirchner".

Otro posible impulso para Macri se puede dar cuando el resto de los candidatos esté fuera de carrera. Catterberg espera que Macri obtenga más de esos votos en la posible segunda vuelta del 24 de noviembre que Fernández.

Además de eso Macri tiene más experiencia: completó dos mandatos como jefe de gobierno de la ciudad de Buenos Aires, mientras que Fernández nunca ha competido a nivel nacional, explicó Catterberg, quien añadió que el presidente cuenta con un equipo de campaña más experimentado y una estrategia de comunicación más efectiva.

Pulir el discurso
Con una economía estable, Macri puede centrar el discurso electoral en sus logros: proyectos de infraestructura, credibilidad internacional, el acuerdo comercial entre la Unión Europea y Mercosur y una ofensiva contra el narcotráfico.

Si Fernández gana deberá tomar decisiones difíciles. Incluso si no quiere imponer controles monetarios o de capital similares a los de la presidencia de Kirchner, las condiciones podrían ser tan severas que tal vez no tenga otra opción, expresó Catterberg.

"Si la reacción de los mercados y los argentinos es muy inmediata, si la fuga de capitales es muy alta, no tendrá otra opción", postuló Catterberg. "Es posible que Fernández no quiera reperfilar la deuda, pero si el tipo de cambio alcanza los 80 pesos por dólar, se debe reperfilar la deuda".

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