Argentina analiza realizar ajustes a la oferta que hizo a sus acreedores para el canje de US$ 65,000 millones en deuda pública y extendió al 12 de junio el plazo que vencía el martes para negociar, informó el Gobierno.
Aunque la negociación -que comenzó hace meses- ha mostrado avances en las últimas semanas, el país no pudo evitar caer en un default hace 10 días, lo que podría agravar aun más la crisis económica que arrastra hace dos años, agudizada ahora por la pandemia del coronavirus.
“La República se encuentra evaluando la posibilidad de introducir ajustes adicionales a la invitación (para canjear los bonos) con el objetivo de maximizar el apoyo de los inversores, sin dejar de preservar al mismo tiempo sus objetivos de sostenibilidad de la deuda”, señaló el Gobierno argentino el lunes en un comunicado.
Más temprano, el Fondo Monetario Internacional (FMI) había respaldado a Argentina al afirmar que la propuesta revisada que presentó el país a sus acreedores la semana pasada es “consistente” con el objetivo de que su deuda sea sostenible.
El organismo, con el que el Gobierno de Alberto Fernández también renegocia un acuerdo firmado en el 2018 por unos US$ 56,000 millones, agregó que el país cuenta con un “limitado margen para incrementar los pagos a los acreedores privados y al mismo tiempo cumplir con los umbrales de deuda y servicio de la deuda estimados por el personal técnico del FMI”.
El Gobierno argentino ya había presentado cambios en algunos de los bonos ofrecidos a sus acreedores. La propuesta mejoraba los pagos de cupones en algunos títulos y adelantaba en un año -respecto de la oferta original- los vencimientos de varios bonos, que en muchos casos empezarían en el 2022.
En respuesta, el grupo de acreedores Ad Hoc, que incluye a BlackRock, AllianceBernstein y Ashmore, entre otros, informó que había presentado una nueva oferta que le daría al país más de US$ 36,000 millones de alivio de flujo de efectivo en un período de nueve años.