Alemania ha logrado rebajar su dependencia de gas ruso desde el 55% que tenía en febrero al 26% actual, como resultado de los esfuerzos por reducir esas importaciones y de la suspensión de los suministros a través de Nord Stream.
Según la última evaluación del Ministerio de Economía, difundida este miércoles, a final de junio el porcentaje de importaciones de gas procedentes de Rusia había bajado al 26%.
Hace diez días el gigante gasístico Gazprom interrumpió los suministros a través del gasoducto Nord Stream, alegando cuestiones técnicas de mantenimiento y por la falta de una turbina, por lo que el porcentaje seguirá bajando.
Pese a esa interrupción, el nivel de reservas de gas se mantiene en el 65%, de acuerdo a cifras oficiales de la Agencia Federal de Redes, autoridad reguladora en Alemania.
Las alternativas han procedido esencialmente de Noruega y de Países Bajos, de acuerdo con el Ministerio de Economía, cuyo titular, el verde Robert Habeck, aceleró desde febrero la búsqueda de otros suministradores, además de llamar al ahorro energético al conjunto de la población.
El gobierno alemán calcula que hasta verano del 2024 seguirá precisando de importaciones de gas ruso, aunque sea en porcentajes más bajos.
La publicación de estas estimaciones se produce mientras se espera que este jueves se reanude el flujo de gas ruso a través de Nord Stream, puesto que teóricamente habrán terminado las tareas de mantenimiento aludidas.
La viceportavoz del gobierno alemán, Christine Hoffmann, expresó este miércoles su confianza en que Gazprom “cumplirá sus obligaciones contractuales” y volverá a suministrar gas a Europa través de Nord Stream.
“Estamos preparados para responder ante cualquier eventualidad, pero no hay razones técnicas que justifiquen una suspensión de los suministros”, afirmó la viceportavoz del canciller Olaf Scholz.
La portavoz del gobierno rehusó, por otro lado, comentar informaciones de medios alemanes según los cuales el Ejecutivo de Scholz estaba preparando aceleradamente un rescate de la compañía de gas alemana Uniper, propiedad de la finlandesa Fortum, con problemas de liquidez desde que Rusia redujo los suministros.
De acuerdo con el diario económico “Handelsblatt”, Scholz podría mantener una reunión este mismo viernes con representantes de esa compañía en busca de concretar ese rescate. Dicho medio estima que el Estado está dispuesto a asumir un 30% de la compañía.
Uniper ha solicitado un crédito de 2,000 millones de euros al estatal Banco alemán de Crédito para la Reconstrucción y el Desarrollo (KfW) para afrontar sus problemas de liquidez.