¿Por qué las fábricas de prendas en Perú evalúan aplazar inversiones por casi US$ 100 millones en maquinaria pese a las perspectivas positivas en el mediano plazo? El panorama hacia el 2024 incluye una ligera recuperación de la demanda en Estados Unidos, el principal mercado para el sector textil-confecciones, sin embargo, un debate pendiente en el Congreso podría ser decisivo.
El sector, que emplea a más de 420,000 trabajadores -según datos oficiales- atraviesa un 2023 a capa caída. Luego de un 2021 y 2022 al tope de producción y un crecimiento a dos dígitos, el primer trimestre del 2023 terminó en rojo: el segmento textil registró una variación negativa de 7.5% y en esa misma línea, la industria de confecciones cayó 1%.
Al inicio del año, los gremios que tienen participación en este sector, estimaban una caída en los envíos de entre 20% y 30% para este año respecto al 2022. La estimación no ha variado, incluso, tras el proyecto de ley presentado por el Ejecutivo, el pasado 16 de junio, que propone incentivos tributarios “para la reactivación económica y el empleo del sector textil y confecciones”.
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Dicha propuesta incluye dos puntos claves. Por un lado, propone que la maquinaria y equipo utilizados por los contribuyentes del sector en el Régimen General del Impuesto a la Renta o del Régimen MYPE Tributario puedan aplicar una depreciación sobre su valor el porcentaje anual de depreciación hasta un máximo del 20%, hasta su total depreciación. Y segundo, la deducción adicional del Impuesto a la Renta por la contratación de trabajadores (hasta el equivalente al 50% del sueldo mínimo). Y ambos con vigencia solo durante el periodo fiscal 2024.
“Las medidas están en la dirección correcta pero son insuficientes, sobre todo, si la vigencia es solo por un año, ¿quién invierte solo para un año?”, cuestionó Felipe James, presidente del Comité Textil y Confecciones de la Sociedad Nacional de Industrias (SNI).
Es esta situación la que ha puesto -indica- a las fábricas de prendas a evaluar si se invierte o no cerca de US$ 100 millones solo en maquinaria en lo que queda del año. Según dijo, en el último mes, 76 empresarios del rubro, que representan cerca del 80% de la producción nacional de prendas de algodón y sintético, viajaron a Italia para cerrar acuerdos de compra para la renovación de equipos “pensando en el mejor escenario del 2024″, “pero muchos están esperando el incentivo final que definirá el Congreso”, sostuvo.
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Y es que, en la Comisión de Economía del Parlamento, además de la iniciativa del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), también hay un proyecto de ley del congresista por Somos Perú, José Jerí, que propone depreciar, hasta el 2033, a razón de 33.3% anual, el monto de las inversiones en obras de infraestructura y en maquinaria y equipo vinculadas al desarrollo de actividades. Y si se trata de inversión en inmuebles cuya antigüedad de construcción sea igual o mayor a 5 años, la depreciación podrá realizarse a razón de 20% anual.
“Apoyamos esa propuesta y estamos planteando, también, una reducción del Impuesto a la Renta contra la reinversión en maquinaria. Eso se traduce en un gran incentivo para ampliar plantas y contratar a más gente. Es lo que debe entender el Congreso”, señaló James.
El propio MEF ha reconocido en su exposición de motivos que el sector textil-confecciones es uno de los principales impulsores de las exportaciones no tradicionales en los últimos años, así como una fuente de divisas (registra exportaciones por más de US$ 16,9 mil millones entre el 2012-2022), también representa alrededor del 7.3% del PBI industrial (manufactura) y el 1% del PBI total.
A nivel de empleo, constituye una fuente principalmente para mujeres, quienes representaron el 69% de la masa laboral de la industria según cifras de la Sociedad Nacional de Industrias (SNI). Esta industria, además, generó una recaudación de S/ 821,6 millones en 2022.
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Expectativa al 2024
La alta inflación en Estados Unidos y el incremento de las tasas de interés de la FED frenó la demanda interna en el mercado norteamericano, sin embargo, las expectativas económicas para el 2024 es que dichas tasas empiecen a bajar con el nuevo año.
Los empresarios del sector esperan que se concrete estas condiciones, lo que significaría repetir el buen año del 2021 gracias a los mayores pedidos de Estados Unidos, el principal destino comercial para nuestras exportaciones, que ha cambiado su matriz de producción en China por Latinoamérica desde el 2019.
“Las empresas peruanas que tienen más de 15 y 30 años conocen los ciclos, ya hemos pasado por esto. En estos escenarios se ha tenido que reducir personal y abaratar los costos, no hay de otra. Si no tuviéramos los contratos temporales no hubiéramos subsistido a la crisis del 2008 cuando los pedidos cayeron un 40%. Pero, pasó ese bache y volvimos a contratar. Lo que quiero decir es que, somos optimistas y el próximo año nos recuperaremos, aún así, es clave los incentivos no solo para mantenernos, también para triplicar los envíos en tres años”, subrayó James.
Hoy una de las estrategias que está aplicando EE.UU. para limitar la migración es un programa de compras textiles en Centroamérica, por lo que esta zona del continente -pese a no tener ni alpaca ni algodón- exportan el doble respecto a Perú. “Ya estamos coordinando con las Oficinas Comerciales de Perú en Estados Unidos para que parte de ese programa llegue a Colombia y Perú”, finalizó el representante gremial.
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