En un escenario optimista, las exportaciones de textiles y confecciones peruanos podrían acercarse este año a su valor récord del 2012 (más de US$ 2,120 millones). Pero, aún si no se logra tal resultado, las proyecciones para este año continúan siendo bastante halagüeñas, con crecimientos esperados entre 20% y 25%.
Sin embargo, se vislumbran algunos riesgos de cara al 2023 que podrían desacelerar el crecimiento. Felipe James, presidente del Comité Textil y Confecciones de la Sociedad Nacional de Industrias (SNI), advirtió que el impacto sobre el poder adquisitivo de los hogares en un contexto mundial de elevada inflación podría reducir las compras de prendas de vestir en el exterior. En línea con esto, también se ha mencionado que las exportaciones de textiles y confecciones podrían ser golpeadas por la posible recesión de Estados Unidos y Europa.
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De hecho, según James, ya se registran menores pedidos del exterior para los exportadores de textiles y confecciones peruanos de cara a los primeros meses del próximo año, por lo que no prevé un primer semestre del 2023 favorable para el sector.
Juan José Córdova, presidente del Comité de Confecciones de la Asociación de Exportadoras (Adex), explicó que esta situación se debe a la existencia de sobrestock en las principales marcas en el mundo, que conlleva a “una reducción en las colocaciones para el primer trimestre del próximo año”.
“Esta disminución se debe a una situación mundial porque hubo atrasos de los despachos de Asia a Estados Unidos y estos llegaron en bloque y atrasados. Cabe recordar que el 70% de las exportaciones peruanas van a EE.UU.”, señaló Córdova.
Otros riesgos
Otro de los riesgos, agregó James, es que se registre una posible escasez de algodón, no solo por una menor producción en el Perú, sino también por la situación mundial de este cultivo.
El Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA, por sus siglas en inglés) estimó en su reporte de setiembre que la producción mundial de algodón se proyecta en 118.5 millones de fardos en 2022-2023, es decir, 2.7 millones más que el año anterior. Sin embargo, pronostica una producción de algodón estadounidense de 2022 de 13.8 millones de fardos, 3.7 millones por debajo de la cosecha de 2021. De ser así, se trataría de la menor cosecha de algodón de Estados Unidos desde 2015-2016 y la tercera más baja de la última década.
Además, cabe señalar que Estados Unidos prohibió el uso de algodón procedente de la región china Xinjiang, de la que procede hasta el 20% del suministro algodonero mundial, en medio de las acusaciones de supuesto trabajo forzoso en la zona.
Desde el ámbito local, además, otro riesgo es que se cambien las reglas de juego para el sector en el país, dice Córdova, en referencia a los proyectos de ley en el Congreso de la República que buscan modificar la Ley de Promoción de Exportaciones No Tradicionales (ley N° 22342), sobre todo respecto al artículo que establece un régimen laboral especial para promover la actividad empresarial de exportación no tradicional.
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Oportunidades y estrategias
Aún con lo mencionado, Juan José Córdova consideró que el posicionamiento del “Made in Peru” en el mercado de Estados Unidos está ayudando al sector. “Estamos posicionando el “Made in Peru” como sinónimo de calidad”, refirió. Y dijo que como país se está ampliando la oferta exportadora: “no solo somos exportadores de prendas de algodón, sino también de prendas sintéticas como poliéster y nylon. Es por ahí por donde se debe enfocar el crecimiento de la exportación”.
Córdova explicó que si bien la inflación golpea duramente a las marcas low price, los textiles y confecciones de Perú son principalmente de precios medios o altos, lo que implicaría un menor impacto.
“Las marcas globales están volteando a ver a países como México, El Salvador, Honduras, Guatemala, y el Perú, como una opción de abastecimiento para la producción que provenía del Asia. Con ello, al cierre del 2023, se podría alcanzar un crecimiento de al menos 10%, respecto del 2022″, consideró.
Felipe James comentó que falta un impulso local para que los envíos de textiles y confecciones se aceleren. “Lo que el Perú necesita es más inversión en este sector para crear más puestos de trabajo. Por eso, lo que proponemos al Gobierno es una ley parecida a la que se ha dado para el sector acuícola y forestal. Rebaja del Impuesto a la Renta (IR) contra inversión en activos fijos”, remarcó.
Dicha propuesta ya fue presentada al Gobierno, ante el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), Ministerio de la Producción (Produce), Ministerio de Comercio Exterior y Turismo (Mincetur); así como al Congreso.
Datos claves
Productos. El Perú es exportador principalmente de prendas de tejido de punto, como los t-shirts, pero también se está abriendo paso en pantalones de tejido de punto y ropa de niños y niñas.
Exportaciones. Entre enero y julio de este año, se exportaron US$ 296.6 millones de textiles y US$ 802.8 millones de prendas de vestir. Así, se registraron incrementos del 7.2% y el 19.5%, respectivamente, según data de la Asociación de Exportadores (Adex).
Proyecciones. La Sociedad Nacional de Industrias (SNI) proyectó tres escenarios para las exportaciones de textiles y confecciones en el 2022. Uno donde se alcance un incremento de 20%, sumando envíos por US$ 1,953.23 millones; otro donde se expandan los envíos un 25% (US$ 2,034.62 millones); y el más optimista refleja un incremento de 30% a US$ 2,116 millones.