El último estimado de crecimiento para este año del Banco Central de Reserva (BCR) para el PBI peruano fue de 2.9%, en diciembre; sin considerar las protestas de enero y febrero que vienen afectando la producción de diversos sectores. Sin embargo, factores externos empujarían a la baja dicho crecimiento, ubicándolo por debajo del 1.9%.
Ya la agencia calificadora de riesgo internacional Moody’s proyectó hacia finales de enero que el crecimiento del PBI peruano sería menor a 1.9% para fines del 2023. Pero, los analistas proyectan una cifra más baja, condicionada al crecimiento de China y Estados Unidos.
Las economías de China y Estados Unidos representan más del 35% de la producción total de la economía mundial.
“El gigante asiático es el principal comprador de metales del Perú, que orienta más del 30% de sus exportaciones a China. Entonces, lento crecimiento de China y, como consecuencia, desaceleración de la economía peruana”, señala Carlos Parodi, profesor principal del Departamento Académico de Economía en pregrado y profesor de la Escuela de Postgrado de la Universidad del Pacífico.
Por su parte, Estados Unidos enfrenta la mayor inflación en décadas, aunque ya se encuentra en disminución, se prevé que la FED seguirá subiendo tasas de interés este año, “uno de los efectos será la ralentización del crecimiento de los Estados Unidos, pues la mayor tasa se traslada a la tasa de interés activa y desincentiva los préstamos de consumo e inversión”.
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Juan Carlos Odar, director de Phase Consultores, comentó a gestion.pe que nuestra exposición es más mayor a lo que pase en China, seguido por Estados Unidos.
“Nuestra principal fuente de ingreso, en el caso de China, son las materias primas como cobre; y aquí hay un impacto doble, tanto por el lado del volumen como por precio. En la medida en que la demanda de China caiga también hay un efecto precio hacia la baja”, indicó.
En ese sentido, dijo que “una sorpresa negativa” de crecimiento en China nos da un efecto negativo en nuestros indicadores de crecimiento. “Si, por ejemplo, hay una sorpresa negativa en China de 1% eso incide en que nuestro crecimiento es alrededor de 0.3% o 0.35% menos; mientras que en el caso de EE.UU. ese efecto negativo está alrededor del 0.25% o 0.3%”.
“Nosotros estamos trabajando con un crecimiento esperado de 2.2% para el año, si China en vez de crecer 4.5% crece 3.5% eso nos manda al crecer alrededor de 1.8%; si China crece menos el efecto será más severo a la baja. Si Estados Unidos da la sorpresa a la baja tendríamos un crecimiento menos a 1.8%, en 1.5%”.”, sostuvo Odar.
Sin embargo, el economista afirma que –pese al contexto- China no está en rojo. “China ha ido bastante bien el primer mes del año (...) hay que ver datos a febrero, pero en todo caso ya hay una luz ámbar; y lo más importante es saber qué pasas en el escenario local que con el externo”.
Por su parte, Jorge Guillén, profesor asociado de Esan, señala que la revisión a la baja de estos países socios tiene un impacto en el mercado local. “Antes, China podía crecer 7% y nosotros 3%. Entonces, si ellos bajan su proyección hay una elasticidad, un choque mayor; y aparte, nosotros no nos ayudamos con estos bloqueos con esta crisis política”.
El Banco Mundial espera que la economía de China crecerá un 4.3% este año; y para el 2024 prevé alcance un 5%.
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Recuperar la confianza
Jorge Carrillo Acosta, profesor y experto en finanzas de Pacífico Business School, señaló que estamos pagando los platos de la época de gobierno de Pedro Castillo, que generó poca confianza y eso se refleja seis meses después.
“Reconstruir eso no será muy fácil porque si bien es cierto ha habido un cambio de gobierno todavía las protestas generan ciertos temores. Lo que se tiene que hacer es recuperar la confianza en el empresariado y la población porque eso impacta en el consumo”, indicó.
“Somos un país que depende mucho de sus exportaciones, y los socios más importantes con China y EE.UU. y cualquier impacto económico relacionado con ellos nos va a salpichar. No hay una recuperación de corto plazo muy auspiciosa de estos países. China está creciendo a niveles muy bajos comparado con su historia y eso rebota en el Perú”, lamentó.
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Impacto para los negocios
De acuerdo con la encuesta CEO Outlook 2022 de KPMG, solo el 18% de CEO peruanos, en comparación con el 86% de la muestra global, creen que habrá una recesión global. Sin embargo, en cuanto a sus ganancias para el presente año, el 86% de ejecutivos peruanos esperan que al menos el 5% y 10 % de sus ganancias se vean afectadas.
Mariano Zegarra, partner of Advisory & Head of Clients & Markets de KPMG en Perú, dijo a gestion.pe que los CEO peruanos están enfocados en incrementar sus niveles de productividad para mitigar los obstáculos al crecimiento que podrían erigirse con una posible recesión global.
¿Con la recesión mundial y la crisis interna, estamos entrando a la tormenta perfecta de la economía? “Es alentador que los directores ejecutivos encuestados en confíen en la resiliencia de sus empresas y fueran relativamente optimistas en sus propias perspectivas de crecimiento”, comentó.
Y es que, si bien no sorprende que el clima económico sea ahora una de las principales preocupaciones de los líderes empresariales, Zegarra resalta que ello se debe a que en los últimos años han aprendido a navegar por lo impredecible, realineando sus fuerzas laborales, desenredando las interrupciones de la cadena de suministro y adaptándose a los impactos geopolíticos y económicos.
“A medida que se avecina la posibilidad de una recesión, muchos ya están preparados con un profundo enfoque en la planificación y la agilidad. Y algunos ven oportunidades a través de esta incertidumbre provocada por las oportunidades que la tecnología, el talento y los factores ESG generan en sus organizaciones”, mencionó.
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