En el 2023, la economía peruana registró una disminución del 0.55%, marcando el retroceso más significativo desde hace 25 años. Se observaron aumentos en los precios de algunos productos, y los ingresos reales quedaron por debajo de los niveles prepandemia. En medio de este contexto desfavorable para las familias, Videnza Instituto estima que la pobreza monetaria habría afectado al 30.5% de la población, un incremento en comparación al 2022 (27.5%).
Luis Miguel Castilla, exministro de Economía y Finanzas y director ejecutivo de Videnza, señaló que, con esa información, en el Perú habría alrededor de 10.3 millones de personas en condición de pobreza. Es decir, un millón más que el año previo.
“Esto es un factor crítico y si a eso le sumamos el hecho de otro 30% de la población que es vulnerable a perder su trabajo, entonces, tenemos a 60% de los peruanos pobres o vulnerables y es una realidad que debe llamar la acción urgente de todos”, afirmó.
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En conversación con Gestión, el exministro de Economía proporcionó un dato bastante relevante: “la clase media se está empobreciendo”.
De acuerdo a su estimación, del millón de personas adicionales que habrían entrado a la pobreza en el 2023, “unas 400,000 personas dejaron la clase media y aumentaron en pobreza. La otra parte que cayó (a pobreza) son los vulnerables (600,000 personas)”, remarcó.
De esta manera, la clase media se redujo el año pasado y aún dista del 40% de la población que era considerada en este ámbito en el 2019.
Castilla señaló que se está observando una población en una situación más precaria. Además de aquellos considerados como pobres -cuya definición está vinculada al umbral de ingresos- también destacó la importancia del acceso a condiciones mínimas, como el “combo” de servicios que incluyen agua, desagüe, electricidad y teléfono.
Subrayó que muy pocos hogares peruanos tienen acceso a estos servicios básicos, a pesar de la inyección de recursos.
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Por su parte, Carolina Trivelli, investigadora principal del Instituto de Estudios Peruanos (IEP), expresó su inquietud ante la escalada de la pobreza en el país en el 2023, debido a la influencia de la inflación, la crisis alimentaria en el aumento de la pobreza y un mercado laboral precarizado.
“Eso es una súper mala noticia porque hay dos procesos que están detrás: uno que hay más personas que entran en esta situación y lo otro - que ya vimos en el 2022- es que quienes están en pobreza empeoran sus condiciones de vida”, dijo.
Además, remarcó que la pobreza extrema también crece, pero los que ya estaban ahí pierden su capacidad de consumo muy marcado.
Agregó que la clase media emergente es bastante vulnerable, por lo que puso un ejemplo de cómo un acontecimiento inesperado, enfermedad de un miembro de la familia, puede llevar a la caída en la pobreza.
¿Pobreza para el 2024?
Para este año, la situación mejoraría en el supuesto que el producto bruto interno (PBI) “rebotara” en un 3%, pero sería insuficiente para llegar a niveles prepandemia (2019).
“Habría un respiro porque la pobreza no solo son los ingresos, sino la capacidad adquisitiva respecto a la canasta básica. El hecho de que la inflación ceda (se situará en el rango meta) va a ayudar, pero los ingresos se recuperan de manera desigual, así que el crecimiento (del PBI) sea insuficiente”, apuntó.
Castilla consideró que para retomar el camino de la reducción de la pobreza, sería necesario lograr un crecimiento económico situado entre 4% y 5%. Advirtió que regresar a niveles de pobreza del 20% podría llevar más de 10 años.
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Políticas para reducir la pobreza
Tomar acciones para reducir las condiciones de pobreza en el Perú es hoy una prioridad. Por ello, Trivelli recomendó impulsar la formulación de políticas públicas.
Como primer punto, nombró dar una atención a la crisis alimentaria. “Como sabemos, las familias están comiendo menos y peor, eso tiene consecuencias. Así que se tendría que asegurar mejores condiciones alimentarias y eso es acceso en alimentos en cantidad y calidad”, puntualizó.
Otra recomendación -según su apreciación- es que se requiere una intervención de política social, para los pobres en grandes ciudades.
Refirió que, como tercer ítem, es priorizar en las zonas urbanas -donde más crece la pobreza- la inclusión económica de la familia, para que recuperen fuentes de ingresos. “Eso tiene que ver con autoempleo, emprendimiento, micro y pequeña empresa, entonces, ahí donde se debe ayudar”, sugirió.
Un cuarto factor, Trivelli enfatizó que el Gobierno debe recuperar la confianza empresarial, para que se pueda invertir más en el Perú y así se genere más puestos de trabajo formales.
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