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Aunque el Informe Mundial sobre Salarios 2024 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) afirma que los sueldos volvieron a crecer por encima de la inflación a nivel mundial, con un avance de 2.7% durante los primeros dos trimestres del año, el Perú sería el segundo país de Latinoamérica con un mayor porcentaje de trabajadores “mal pagados”.
Según el reporte de la OIT, en el Perú el 25.1% de los empleados tienen bajos salarios considerando que por cada hora trabajada ganan un 50% menos que la media a nivel nacional. Este promedio incluye tanto a los empleados asalariados, como aquellos no asalariados.
En América Latina y el Caribe -contando los países de ingresos medios altos-, el porcentaje de trabajadores mal remunerados en Perú solo es superado por Guatemala, donde más de la mitad (51.4%) de sus trabajadores se enfrentan a salarios bajos.
Pese al mayor porcentaje de “mal pagados”, Perú está entre los países que experimentaron caídas en la proporción de trabajadores asalariados con sueldos bajos. El volumen promedio se evidencia principalmente por la cantidad de no asalariados con ingresos insuficientes.
Si bien solo un 10.2% de los asalariados tienen ingresos bajos, en la categoría de personas no asalariadas se calcula que 4 de cada 10 (44.3%) tienen ingresos por debajo del promedio.
“Los países del grupo de ingresos medianos altos muestran proporciones cada vez mayores de trabajadores con salarios bajos (a veces aumentos sustanciales, por ejemplo, en Colombia, Guatemala, Namibia y Perú) cuando se incluyen en el cálculo a los trabajadores no asalariados, a pesar de que la proporción de trabajadores no asalariados es relativamente pequeño en este grupo de países de ingresos en comparación con lo que se observa en los países de ingresos bajos y medianos bajos y varios países de ingresos medianos altos”, indica el informe.
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Informalidad
Para Paola Herrera, economista del Instituto Peruano de Economía (IPE), el alto porcentaje de trabajadores con “malos ingresos” refleja una alta vulnerabilidad, exacerbada por la informalidad laboral principalmente de los no asalariados con condiciones laborales poco adecuadas e inestabilidad de ingresos.
La economista precisó que los no asalariados representan a aquellos trabajadores independientes que no cuentan con un salario fijo. Si bien, a septiembre, el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) indica que un 71.2% de la población empleada es informal, Herrera apuntó que entre los no asalariados prácticamente todos están en la informalidad.
“Cuando uno ve la distribución de ingresos de los trabajadores, los ingresos de los informales se concentran muy por debajo del salario mínimo. De los no asalariados más del 90% que son informales, por eso es que para ellos el porcentaje de trabajadores mal pagados es mucho más alto”, explicó a Gestión.
Herrera sostuvo que en el Perú, la gran mayoría de trabajadores se concentra en pequeñas empresas. En estas, también los emprendedores de las microempresas no logran llegar a costearse ingresos suficientes o ingresos más altos
De hecho, en el ámbito urbano, la mitad de los trabajadores son independientes, indicó Miguel Jaramillo, investigador principal del Grupo de Análisis para el Desarrollo (GRADE).
El economista resaltó que el mercado laboral en el Perú enfrenta distintas realidades con diferentes extremos. Otro grupo que estaría entre los de menores ingresos serían los trabajadores del campo que, consideró, serían los de más bajos ingresos en el país.
Además, indicó que aunque en el sector informal casi todos son subempleados por ingresos, recordó que “tanto en el sector formal como en el informal pueden haber subempleados”.
En el caso de los asalariados o trabajadores con salario fijo, en su mayoría estos suelen estar en planilla o tener definida una relación de trabajo dependiente. Aunque no necesariamente todos estén dentro de la formalidad, cuentan con una mejor situación de condiciones laborales, señaló Herrera.
“La tasa de informalidad para los asalariados sigue siendo relativamente alta, pero ellos son los que pueden experimentar una mejora de sus condiciones laborales cuando la economía crece”, refirió la economista.
¿Cuánto ganan por hora?
Si tenemos en cuenta que, según el INEI, el ingreso promedio mensual en el Perú es de S/ 1,737, al calcular una jornada de ocho horas durante 30 días, se podría estimar que los peruanos ganan alrededor de S/ 7.23 por cada hora trabajada. Sin embargo, los expertos advierten que el monto sería más bajo.
Herrera precisó que en el escenario evaluado por la OIT, la mediana salarial sería menor al promedio. Esto, teniendo en cuenta que una gran proporción de los ingresos laborales, especialmente de los trabajadores informales, se encuentra muy por debajo del salario mínimo.
“La mediana del salario por hora debería ser un poco más bajo que ese promedio. Lo que indica este porcentaje de trabajadores mal pagados, está tratando una medición de desigualdad. Ser informal prácticamente determina que tengas un ingreso muy por debajo incluso del salario mínimo”, sostuvo.
¿Mejoraríamos el próximo año?
Para Herrera del IPE, en el 2025 se esperaría un crecimiento del PBI similar al de este año, pero impulsado por inversión privada. Con las mejores expectativas de las empresas, el próximo año debería reflejarse un mayor crecimiento del empleo formal y con ello de los ingresos promedio de los trabajadores.
“A su vez, habiéndonos consolidado en este periodo de baja inflación, la capacidad adquisitiva de los hogares ya puede ir recuperando lo que se perdió en los años de alta inflación. Pero, para el 2026 hay mucha incertidumbre por ser un año preelectoral, sobre todo durante la primera mitad del año″, añadió.
En tanto, Jaramillo consideró que el próximo no sería muy diferente de este año. Si bien proyecta un buen nivel en la economía, esto sería insuficiente para generar mejores ingresos en la población.
El economista agregó que una mejora en los ingresos de la fuerza laboral es una tarea de largo plazo y, hasta ahora, no se han realizado los grandes cambios que requiere el mercado, principalmente en políticas públicas y laborales.
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Licenciada en Ciencias de la Comunicación por la Universidad de San Martín de Porres, con experiencia en radio, tv y web. Escribo y hablo sobre economía y finanzas desde el 2020.
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