En los quince años que lleva operativo, la explotación del gas natural del yacimiento de Camisea, ubicado en el corazón de la selva amazónica peruana, ha permitido al país ahorrar US$ 100,000 millones, además de ingresos fiscales por valor de US$ 9,000 millones.
Dichas cifras fueron publicadas por la consultora Macroconsult, que analizó tanto las contribuciones directas e indirectas a la economía peruana cómo los ahorros derivados de incorporación del gas de Camisea, operada por la compañía argentina Pluspetrol, a la matriz energética e industrial del país.
Según los datos del informe, esos US$ 100,000 millones de ahorro acumulados entre 2004 y 2019, se repartieron en prácticamente todos los sectores de la economía, pero con especial importancia en la generación de energía eléctrica, donde el uso de gas natural como fuente primaria permitió a los usuarios un ahorro de US$ 77,000 millones.
El transporte (US$ 11,542 millones), la industria mediana y el comercio (US$ 8,312 millones), la gran industria (US$ 2,930 millones) y el uso residencial (US$ 419 millones) se beneficiaron también de la explotación del gas natural por la reducción de costos comparados con lo que hubiera supuesto el uso de otras energías.
“Sin ninguna duda, este es un proyecto de tamaño importante, que ha servido de gran apoyo a la balanza comercial, a las exportaciones de hidrocarburos, genera casi la mitad de la potencia energética, de gran uso industrial y familiar”, dijo a EFE Elmer Cuba, economista y responsable del estudio de Macroconsult.
Agregó que en el caso eléctrico y de manera creciente, el gas de Camisea ya genera cerca de la mitad de la producción de electricidad. "El ahorro es mayor en tanto se usa más el producto o si se cambio el costo del combustible...Es un ahorro volátil, pues depende de otros precios”, apuntó el analista.
Arcas públicas
Más allá del ahorro, entre 2004 y 2019 la contribución directa media anual a la economía peruana de la explotación fue equivalente al 1.1% del PBI, con un aporte del 39% al PBI del sector de los hidrocarburos.
Aproximadamente, eso equivale a unos S/ 4,965 millones anuales que ingresaron a la economía peruana, unos US$ 1,400 millones.
A juicio de Cuba, pese a algunas críticas que la explotación de un yacimiento en la Amazonía ha generado históricamente en el país, “la verdad es que un proyecto ha tenido mucha rentabilidad para Perú”.
“Gane o pierda la compañía, que depende de su capacidad para tener utilidades, da igual. El país recauda el 40% de las ventas, las regalías, a través del canon minero. Y las tres cuartas partes de ese dinero se queda en la región, esa es la realidad”, afirmó el autor del análisis.
En ese sentido, el informe apunta que el aporte anual al fisco peruano de la explotación fue de unos S/ 2,000 millones, unos US$ 572 millones, entre los pagos al impuesto de la renta y el canon minero, que va a manos de los gobiernos regionales para la financiación de proyectos de infraestructura.
Otro aporte del gas fue contribuir con casi más de US$ 50,000 millones entre 2004 y 2019 a compensar la balanza de pagos peruana, ya que se exportaron US$ 18,000 millones de gas natural y se dejaron de importar US$ 35,000 millones en diesel, gasolinas y otros combustibles.
El impacto de Camisea en el empleo, tanto el directo como el inducido como “multiplicador indirecto”, habría alcanzado los 115,000 puestos de trabajo en los quince años de operación.
Mayor impacto
En opinión de Cuba, Perú cuenta opciones para impulsar no ya el impacto de Camisea, sino de la industria del gas natural, que pasarían por la explotación de nuevos yacimientos y por un mayor uso de ese recurso, que en principio parecería limitado al consumo doméstico.
“Perú debería aumentar las reservas, no tanto la demanda, pues más de lo que hay no puede haber. Pero las reservas permitirían a Perú ser más competitivo en el largo plazo”, apuntó.
En ese sentido, dijo que el espacio para masificar el uso doméstico del gas aún existe, si bien en el Perú el consumo no es muy alto pues el clima en la zona donde habita la inmensa mayor parte de la población, la costa y el entorno de la ciudad de Lima, cuenta con un clima templado que hace que no sean necesarios sistemas de calefacción.
“Y sin eso el consumo no es potente”, dijo el analista.
Perú sí podría exportar aún más el recurso, lo que redundaría en mayores ingresos para el Estado, que por ejemplo podría invertir en crear “capital humano, pues los hidrocarburos no serán una fuente de ingresos para siempre”.
En cualquier caso, Cuba opinó que para Perú sería “un exceso de chovinismo” pensar que el recurso debería usase sólo domésticamente para desarrollar industrias, pues “de hecho las empresas más grandes del país y sus industrias, ya se aprovechan de ese gas” y además, “lo que gana el Perú son las regalías y el impuesto a la renta, sin importar quien sea el consumidor final”.