El Foro Económico Mundial, que cambia este año las montañas nevadas de Davos por un formato totalmente virtual, se abre este lunes con el discurso muy esperado del presidente chino Xi Jiping, cuyo país ha salido reforzado de la pandemia que sigue golpeando al planeta.
Asimismo, durante la jornada, la presidenta del Banco Central Europeo, Christine Lagarde, debatirá junto a los titulares de Economía de Francia, Bruno Le Maire, y de Alemania, Peter Altmaier, y el presidente de Goldman Sachs, la manera de “restaurar el crecimiento económico”, la pregunta de los mil millones de dólares.
Es, junto con el control de la pandemia que sigue imparable su carrera letal por el mundo, la cuestión clave para funcionarios, empresarios y científicos que participan esta semana en las mesas redondas virtuales.
Y es que el optimismo que reinaba en noviembre cuando las vacunas se hicieron realidad se ha esfumado en este principio de año marcado por la imposición de nuevas restricciones y el avance de variantes del coronavirus mucho más contagiosas, que amenaza con frustrar la recuperación tan esperada.
La edición 2020 del WEF no le dio mayor importancia a la aparición en China de una misteriosa neumonía en diciembre de 2019. La élite económica reunida en la coqueta estación alpina estaba más interesada en la confrontación entre Donald Trump y la joven ambientalista sueca Greta Thunberg que por el confinamiento decretado en la metrópolis china de Wuhan.
Un año más tarde y unos días después de que el multimillonario republicano abandonase a regañadientes de la Casa Blanca, el continente asiático protagoniza esta 51ª edición, que hasta el viernes gira en torno al lema: “Un año crucial para reconstruir la confianza”.
Europa estará presente con el presidente francés, Emmanuel Macron, la canciller alemana, Angela Merkel, o la presidenta de la Comisión Europea Ursula von der Leyen.
La flamante administración de Joe Biden, que ha abrazado de nuevo el multilateralismo, envía al inmunólogo Anthony Fauci, asesor de la Casa Blanca sobre la pandemia, al igual que a John Kerry, el enviado especial para el clima, quien sin duda será bien recibido tras la decisión del nuevo presidente demócrata de que Estados Unidos regrese al acuerdo de París.
Asia estará representada por los presidentes chino y surcoreano y los primeros ministros de India y Japón, mientras América Latina es la gran ausente de la edición de este año y solo contará con la intervención del presidente argentino Alberto Fernández.
Como un símbolo, después de esta primera sesión virtual, “Davos” se trasladará en mayo a Singapur, lejos de la estación de esquí suiza donde se desarrolla habitualmente este simposio creado en 1971 por el profesor alemán Klaus Schwab.
“Virus de las desigualdades”
La razón invocada para dicho traslado es la “seguridad sanitaria”, pues se considera a la ciudad Estado, que ha registrado 29 muertos, más segura que Ginebra, que inicialmente había sido propuesta como solución alternativa.
Este interés particular de los organizadores en Asia parece hacerse eco del resultado de un estudio reciente de la compañía de seguros de crédito Euler Hermes que vaticina que, gracias a la epidemia, el PIB chino igualará al estadounidense en 2030, dos años antes de lo previsto antes de la crisis.
China, la única gran economía que creció en 2020 con un 2,3%, también ha conquistado partes de mercado a nivel internacional: su excedente con Estados Unidos aumentó un 7% en 2020, lo que supone el fracaso de la guerra comercial que libró Donald Trump.
El otro gran asunto que se debatirá en Davos es el aumento de las desigualdades y la amenaza a la cohesión de las sociedades, pese a que Davos simboliza, para sus críticos, el poderoso dinero y las derivas del liberalismo a ultranza.
Los organizadores pretenden “refundar el capitalismo”.
Oxfam lanzó un llamado para que los más ricos paguen impuestos para combatir “el virus de las desigualdades”, según el título de su informe anual divulgado el lunes y que cada año supone un llamado de atención para los participantes del Foro.
Mientras millones de personas han caído en la pobreza, los multimillonarios vieron incrementar su fortuna en 3,9 billones de dólares entre el 18 de marzo y el 31 de diciembre de 2020, según la oenegé, que se apoya en particular en datos de Forbes y Credit Suisse.