La industria minera de Perú tiene la esperanza de que las medidas drásticas que sofocarían la inversión y la producción futura se disipen cuando el presidente electo, Pedro Castillo, asuma el cargo en el segundo productor de cobre del mundo, afirmó el presidente del Instituto de Ingenieros de Minas de Perú (IIMP), Víctor Gobitz.
Consideró que si bien Castillo pudo haber hablado de tomar medidas extremas mientras hacía campaña, es probable que una vez en el cargo, adopte un enfoque más mesurado.
Durante un tenso y polarizante proceso electoral, el activista sindical rural de un partido marxista se comprometió a nacionalizar los activos energéticos, bloquear ciertos proyectos y tomar una mayor parte de las ganancias extraordinarias del mineral para combatir la pobreza.
La llegada de Castillo sorprendió a los inversionistas y avivó la preocupación de que un entorno operativo más oneroso pondría en peligro los proyectos necesarios para satisfacer la creciente demanda mundial de cobre.
Pero formar parte de la oposición y hacer campaña es diferente a las responsabilidades de gobernar y supervisar el crecimiento necesario para cerrar las brechas, dijo Gobitz. Además, Castillo también tendrá que lidiar con un Congreso dominado por la centroderecha.
“La incertidumbre se va a disipar en la medida que haya diálogo”, señaló Gobitz, quien también dirige la mina Antamina, propiedad de BHP Group y Glencore Plc.
Hay mucho en juego para los mercados de metales, dado que Perú es el principal proveedor de cobre después de Chile y un importante productor de zinc y plata. Sus ricos depósitos explotados también son clave para obtener suficiente cobre para conectar una economía global electrificada en las próximas décadas.
Gobitz espera en los próximos días hablar con el equipo de Castillo y planea invitar al presidente electo a encabezar una conferencia minera en setiembre. Él confía en que el nuevo Gobierno comprenderá cuán crucial es la minería para el desarrollo económico y comunitario. Incluso el proyecto de Tía María al que Castillo se opone, podría aún continuar una vez que su equipo evalúe todos los beneficios, dijo Gobitz.
Castillo, un maestro rural sin experiencia previa en política nacional, asumirá el cargo el 28 de julio. Heredará una nación que ha sufrido la tasa de mortalidad más alta del mundo a causa del COVID-19, así como la recesión económica más profunda entre el resto de las economías importantes de América Latina. Los inversionistas permanecerán atentos a sus primeros pasos, incluida la composición de su gabinete.
Por ahora, no hay señales de que las empresas mineras retrasen el gasto, dijo Gobitz. Todas las minas principales de cobre del país han vuelto a los niveles de producción anteriores al COVID-19, con Mina Justa comenzando este año y Quellaveco de Anglo American Plc en una etapa avanzada de desarrollo, señaló.