Los contratos de cobre a corto plazo se negocian una vez más con una prima enorme frente a los futuros en Londres, una señal de que la escasez sin precedentes de suministros observada el mes pasado en el mercado spot está lejos de terminar.
Si bien los precios de los futuros están cayendo a medida que se deterioran las perspectivas de la demanda, las crecientes primas para los contratos spot apuntan a una escasez de oferta en la Bolsa de Metales de Londres, al tiempo que los inventarios se encuentran cerca de un mínimo de varias décadas.
Las primas por contratos spot alcanzaron niveles récord el mes pasado, en una condición conocida como backwardation, que indica que la demanda spot está superando con creces el suministro.
Como fue el caso durante la contracción de octubre, los compradores de la LME están pagando de nuevo enormes primas para renovar los contratos a un mes. El diferencial entre los contratos de noviembre y diciembre se disparó a US$ 275 la tonelada al cierre de las operaciones del lunes, en uno de los mayores fenómenos de backwardation jamás vistos en la bolsa.
Las elevadas primas spot y la disminución de la oferta de metales en la LME y otras bolsas contrastan con las crecientes preocupaciones sobre la demanda que están arrastrando los precios de los futuros a la baja. Los precios a tres meses han caído alrededor de un 10% desde el pico del mes pasado, impulsados por una desaceleración de la fabricación en China y los crecientes riesgos de la deuda de su sector inmobiliario.
El backwardation en los dos contratos a un mes aumentó a un récord de US$ 1,060 la tonelada durante la contracción sin precedentes del mes pasado, lo que llevó a la LME a introducir medidas de emergencia en un intento por restablecer el orden.
Si bien esos pasos pueden evitar que el backwardation vuelva a alcanzar niveles tan extremos, los compradores aún podrían verse sometidos a una mayor presión antes del vencimiento del contrato de noviembre en poco menos de dos semanas.
Los datos de la LME muestran que todavía hay más de 17,300 contratos pendientes que deberán liquidarse antes de que expire el contrato de noviembre, lo que significa que los vendedores deberán volver a comprar los contratos o encontrar cobre para entregar en los almacenes de la LME.
El interés abierto en los contratos de noviembre es de 433,775 toneladas, casi 14 veces la cantidad de metal disponible para los compradores en la red de bodegas de la LME.
Incluso con el aumento del backwardation, el cobre y otros metales básicos se vieron sometidos a una nueva presión el martes en medio de la preocupación por una economía china en desaceleración y una inflación elevada.
Si bien la crisis energética mundial sigue frenando el suministro de metales, están aumentando los vientos en contra al crecimiento de China debido a la crisis energética, el desapalancamiento del sector inmobiliario y brotes de coronavirus.