Las energías renovables representan el 5,7% de toda la energía primaria mundial. Si se le suma la generada por hidroeléctricas, se alcanza un 12,6%. El año pasado, aproximadamente el 40% de las inversiones en el sector energético en el mundo se destinaron a energías renovables. La Agencia Internacional de Energía proyecta que entre el 2025 y 2030 esas inversiones representen más del 60%.
A nivel de Latinoamérica, Chile, Colombia y Brasil han demostrado que, además de ser barata y limpia, la energía solar fotovoltaica es la tecnología más versátil para la transición a las energías renovables, gracias a su capacidad para empoderar a las comunidades y cambiar la vida de las personas.
En el Perú, el potencial energético técnico de recursos renovales en energía eólica es de 20,493 MW y en energía solar, de 25,000 MW, según el Ministerio de Energía y Minas. Sin embargo, la capacidad instalada solo asciende a 375.46 MW en el primer tipo y a 285.02 MW de energía solar. Ello solo representa un aprovechamiento del 2% y 1% respectivamente.
Para Jaime Luyo, especialista del Competitiveness and Sustainable Development Institute, la dependencia de incentivos y estímulos que se dan al sector hidrocarburos, así como las regulaciones que no promueven el desarrollo de proyectos de energías renovables, retrasan la generación y consumo de energías más sustentables en el país.
Paloma Sarria, directora ejecutiva de la Asociación Peruana de Energías Renovables, manifestó durante el evento ExpoSolar 2021, que solo el desarrollo de la energía solar en el Perú hacia el 2030 puede generar una inversión de US$ 1,470 millones y favorecer la creación de 7,350 empleos directos e indirectos en esta industria.
“El Perú tiene recursos de energía de calidad mundial: solar y geotermia en el sur; eólica en el centro y norte; y centrales mini hidro en todo el Perú, entre los 2,000 a 3,000 msnm. A través del despliegue de estas Energías Renovables No Convencionales (ERNC), se puede lograr un desarrollo descentralizado y el acceso a energía para las poblaciones aisladas”, destacó Sarria.
Desafíos para su desarrollo
La aprobación del Reglamento de la Generación Distribuida en el Perú está pendiente desde el 2018. La norma presenta dos regímenes: el de mediana generación distribuida (MGD) y el de micro generación distribuida (MCD).
Otro reto es desarrollar un mercado de servicios complementarios que incluya a participantes de la oferta y demanda, la creación de un marco regulatorio para el ingreso de sistemas de almacenamiento, y la promoción de la descarbonización de otras industrias, como el transporte (aéreo, marítimo, terrestre), la petroquímica y el acero con ERNC a través de la movilidad eléctrica e hidrógeno verde.
Según estudios realizados por el BID para el Ministerio del Ambiente, y de Deloitte para Enel, se calcula que el costo de la descarbonización al 2050 es de US$ 93 millones. Sin embargo, los retornos se estiman en más del 50%.
“Las industrias son conscientes de que la era de los combustibles fósiles está llegando a su fin y por ello están apostando por la transición energética renovable. Además, la energía solar ofrece soluciones únicas para la electrificación de países donde las fuentes convencionales no han conseguido llevar la energía y el desarrollo a cientos de millones de personas”, comentó José Eduardo Torres Lam, director general de ExpoSolar Perú 2021.
Modelos en la región
Colombia y Chile han avanzado en la implementación de una matriz con energía solar. Hoy, el país del norte proyecta reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero en un 51% para el 2030. Con sus últimas adjudicaciones, Colombia tendrá más de 2,8 GW de energías renovables desplegadas a finales del próximo año.
Durante el 2020, la penetración de energía proveniente de fuentes eólicas y solares en Chile superó el 16%. Se proyecta que, al 2050, el 70% de toda la energía del país provenga de energías renovables. El año pasado sobrepasó el 25%, meta proyectada para el 2025. El vecino del sur ya tiene 5,716 MV de potencia solar fotovoltaica instalada y 3,360 megavatios en cartera para los próximos tres años.