Explotar las diferencias en las tasas de interés sería una de las estrategias de inversión más populares en los próximos meses, ya que los mercados apuestan a que recortes menores mantendrán la volatilidad bajo control.
Los estrategas de Wall Street están pregonando el atractivo de las operaciones de carry trade, que cosechan los ingresos extra de las divisas y los bonos en países con mayores tasas. Estas prosperan cuando los mercados están tranquilos y hay un menor riesgo de oscilaciones en los precios que acaben con los beneficios.
UBS Group AG recomienda vender el franco suizo para comprar dólares estadounidenses y australianos, a Société Générale SA le gusta la deuda pública europea de mayor riesgo, y Pictet Asset Management apuesta a los bonos en moneda local de México y Brasil.
El carry ha ganado tracción desde que el presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, descartó efectivamente nuevas alzas de tasas. Eso eliminó un posible desencadenante de volatilidad y preparó el terreno para una relajación monetaria prudente junto a pares como el Banco Central Europeo y el Banco de Inglaterra. Los operadores estarán atentos a datos del regulador CFTC el viernes en busca de señales de que el dinero está siguiendo las recomendaciones de Wall Street.
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“La señal de la Fed de que no habrá más subidas es una luz verde para las operaciones de carry trade en la renta fija y en otros sectores”, escribieron esta semana estrategas de Bank of America, entre ellos Ralph Axel. La volatilidad moderada “debería respaldar una amplia gama de carry trades durante el verano”, afirmaron.
El carry trade ya ha tenido un fuerte comienzo de año en mercados desarrollados. Un índice de Bloomberg que calcula el retorno que se obtiene al vender las divisas del G-10 de menor tasa para comprar las de mayor ha tenido una rentabilidad de casi el 7% en lo que va de año, el mejor desempeño a estas alturas del año desde 2009.
Esos retornos deberían continuar: la inflación sigue “pegajosa” y el mayor crecimiento limita los recortes de los bancos centrales, lo que mantiene a raya la volatilidad del mercado.
Según Peter Schaffrik, estratega macroeconómico global de RBC Capital Markets, los inversionistas se preparan para este periodo de calma y están realizando operaciones de carry trade “en todas partes”. El índice MOVE, un indicador de la volatilidad futura del mercado de tasas, ha descendido a su nivel más bajo desde principios de 2022.
Los estrategas de UBS, entre ellos Shahab Jalinoos, son partidarios de utilizar el franco suizo para comprar dólares estadounidenses y australianos.
Dicen que el caso de utilizar el franco como moneda de financiación se ve impulsado por la perspectiva de mayores recortes de tasas de los que el mercado está valorando, lo que lo pone “en riesgo único”. Por el contrario, el dólar australiano parece atractivo dada la inflación y un próximo impulso fiscal, “aumentando las probabilidades” de que obtenga un “apoyo sostenido de las tasas”, afirman.
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Los datos de la CFTC del viernes se examinarán en busca de señales de que los inversionistas están vendiendo en corto ciertas divisas para financiar sus operaciones de carry trade, o señales de que hay un aumento de las posiciones largas en las de mayor rendimiento.
Société Générale y JPMorgan Chase & Co. sugieren que los inversionistas en renta fija se posicionen en deuda pública de mayor riesgo, como la italiana, frente a la de naciones como Alemania.
El corazón del carry trade
Y en el corazón tradicional del carry trade —los mercados emergentes— la estrategia está resurgiendo. Un indicador del arbitraje de las tasas de interés en monedas de países en desarrollo está a punto de registrar la mayor ganancia mensual desde noviembre. Veinte de las 21 divisas de mercados emergentes más utilizadas están produciendo una rentabilidad positiva en mayo.
El peso chileno encabeza la lista gracias a la subida de los precios del cobre. La lira turca y el peso mexicano también contribuyen, ya que se benefician de las subidas de tasas de interés y de la cautela del banco central, respectivamente.
Se trata de un cambio de tendencia respecto a los cuatro primeros meses del año, cuando las operaciones de carry trade con países en desarrollo financiadas en dólares registraron el peor comienzo de año desde 2020.
Andrés Sánchez Balcázar, responsable de bonos globales de Pictet Asset Management, dijo que está comprando bonos en moneda local en México y Brasil para asegurarse de que la rentabilidad de sus carteras supere a la del efectivo. También ha estado comprando deuda a muy corto plazo denominada en dólares de países africanos como Angola, Ghana y Zambia.
“Las curvas están invertidas, los diferenciales están ajustados, así que probablemente no sea el momento de asumir mucho riesgo”, dijo en una entrevista. “En todo caso, este es el momento de asegurarse de que tiene suficiente carry en su cartera para batir la tasa al contado”.
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