Los bancos centrales están listos para profundizar en sus herramientas para abordar el impacto económico del coronavirus.
Si bien los recortes de las tasas de interés –la herramienta monetaria más tradicional y más poderosa– todavía están en la agenda, los formuladores de política también están considerando medidas específicas que pueden ser más adecuadas para ayudar a las pequeñas y medianas empresas. El Banco Central Europeo, el Banco de Inglaterra (BOE) y el Banco de Japón (BOJ) han señalado que están trabajando en planes de ese tipo.
Parte de la lógica es que la mayoría de los bancos centrales no tiene mucho espacio para reducir aún más las tasas. Tanto la del BCE como la del BOJ ya están por debajo de cero, y la del BOE está en 0.75%. Igualar el recorte de emergencia de la Reserva Federal de medio punto porcentual esta semana los estiraría casi hasta sus límites.
Pero también son conscientes de que la acción de la Fed no fue suficiente para calmar los nervios del mercado por el virus, que está afectando a partes de la economía que dependen más de los préstamos bancarios que de los mercados para su financiación. Esas empresas enfrentan perturbaciones potencialmente ruinosas que deben cubrir.
“Las empresas necesitan ayuda para superar los problemas de flujo de caja a corto plazo”, asegura Paul Donovan, economista jefe global de UBS. “Pararse en el techo del edificio de la Reserva Federal y bañar a los transeúntes con recortes de tasas puede lograrlo, pero es impreciso”.
Programas de préstamos
El BOJ ya está trabajando en nuevas medidas para abordar esas preocupaciones; los funcionarios probablemente considerarán la introducción de un nuevo programa de préstamos este mes para ayudar a las empresas afectadas por el brote, según personas familiarizadas con el asunto.
El banco tiene tres programas principales de préstamos, y las personas dijeron que probablemente discutirán si ajustarlos o crear un nuevo programa. Uno está destinado a préstamos para apoyar a las industrias en busca de crecimiento económico, otro busca alentar los préstamos bancarios, y el otro ofrece apoyo a los bancos en áreas afectadas por desastres naturales.
El Banco de Corea mantuvo inesperadamente su tasa de interés de referencia sin cambios la semana pasada, argumentando que podría aliviar más eficazmente la desazón por el virus ofreciendo apoyo directo a las empresas, incluido un aumento en el límite para préstamos baratos.
Indonesia ha reducido las tasas una vez en lo que va del año, pero también se ha centrado en algunos de sus recursos para reducir la proporción de reservas de los prestamistas, con lo que en efecto ha liberado más efectivo para que los bancos lo presten.
En el BCE, donde los inversores esperan un recorte de tasas de 10 puntos básicos en la reunión de la próxima semana, la presidente Christine Lagarde ha prometido una respuesta “apropiada y dirigida”. Eso sugiere que ella también mirará otras medidas.
El banco central ya tiene un programa de préstamos a tres años para los bancos, y la próxima ronda vence a finales de este mes. Podría hacer que los términos sean más favorables u ofrecer una línea de crédito alternativa que fomente específicamente los préstamos a empresas afectadas por el virus. Sin embargo, implementar esos cambios llevaría tiempo.
Alternativamente, podría permitir que los bancos centrales nacionales acepten préstamos a compañías golpeadas por el virus como garantía, lo que calmaría las preocupaciones entre los prestamistas sobre asumir demasiado riesgo. No sería una medida sin precedentes: el BCE aceptó algunos reclamos de crédito que normalmente no calificarían desde el 2012, y el año pasado extendió la política hasta el 2023.
Supervisión relajada
El brazo de supervisión bancaria del BCE podría ofrecer alivio al relajar su orientación sobre la reserva de fondos para préstamos deteriorados, como ha instado la Asociación Bancaria Italiana. Eso liberaría dinero para préstamos, aunque va en contra del argumento del BCE de que los bancos finalmente serán más fuertes si lidian rápidamente con su deuda incobrable.
Los supervisores también podrían mostrar más flexibilidad si los bancos caen por debajo de los niveles de fortaleza financiera que se espera mantengan.
Cooperación gubernamental
La lucha contra el virus puede requerir una coordinación más explícita con los gobiernos de lo que están acostumbrados los bancos centrales independientes. El gobernador entrante del BOE, Andrew Bailey, dijo a los legisladores del Reino Unido el miércoles que sus funcionarios trabajarán de la mano con el Tesoro para combatir las consecuencias económicas del coronavirus.
“Debemos actuar de manera coordinada”, dijo. “No podemos dejar que nuestras nociones de independencia se interpongan en el camino”.
Bailey sugirió la necesidad de “algún tipo de financiación de la cadena de suministro” para mitigar el choque, sin dar más detalles. También enfatizó que el BOE tiene muchas herramientas a su disposición más allá de los recortes de tasas.