De acuerdo al -publicado por la Presidencia del Consejo de Ministros- la economía peruana crecería en promedio 5.1% entre los años 2021 y 2026, según proyecciones del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF).

Este crecimiento estaría sostenido por el fortalecimiento de la demanda interna asociado a una mayor acumulación de capital, el impulso a la competitividad y a la productividad de la economía.

Asimismo, contribuirá a este crecimiento una mayor demanda externa vinculada a la mejora del contexto internacional.

En particular, el 2021 se registrará un rebote estadístico en todos los sectores económicos, lo que permitiría que el PBI alcance una tasa de crecimiento de 10%, la tasa más alta desde 1994, debido a la normalización de operaciones de la mayor parte de las actividades económicas”, indica el informe.

El documento destaca que tras la recuperación de la economía el 2021, entre los años 2022 y 2026 se tendría un crecimiento promedio de 4.1% anual, favorecido principalmente por la normalización de operaciones de las actividades económicas; el fortalecimiento de la demanda interna, asociado a la construcción de proyectos de inversión minera y no minera, que impulsará el empleo y el consumo de las familias; y las medidas de política económica orientadas a mejorar la eficiencia y competitividad de la economía.

Este crecimiento superará lo registrado entre el 2016 y 2019 (3.2%), y sería mayor a lo registrado por países de la región como Colombia (3.8%), Chile (3.1%), México (2.4%) y Brasil (2.3%).

-Finanzas públicas-

Asimismo, el Informe Preelectoral refiere que Perú sería una de las economías con el menor riesgo país y menor deuda de la región, y uno de los pocos que en el marco de esta coyuntura de pandemia mantendría su calificación crediticia.

Se destaca que durante el periodo 2016-2019 la gestión de la política fiscal se caracterizó por ser prudente, responsable y transparente, en un contexto donde ocurrieron diversos choques internos y externos.

De esta manera, se fortaleció el Marco Macrofiscal para asegurar la sostenibilidad de las finanzas públicas, permitiendo que al cierre del 2019 el Perú registrara uno de los menores déficit fiscales y una de las más bajas deudas públicas entre países los emergentes.

Por el lado de los ingresos, se tomaron medidas administrativas y tributarias que redujeron los indicadores de incumplimiento y registraron importantes ganancias en la recaudación.

Mientras que por el lado del gasto, la evolución del gasto no financiero fue consistente con un manejo responsable de las finanzas públicas que prioriza el cierre de las brechas sociales en un marco de disciplina fiscal.

-Agenda pendiente-

La crisis ocasionada por la COVID-19 ha significado un retroceso de los avances en materia económica y social obtenidos en los últimos años, que se suman a los problemas ya existentes, de acuerdo al documento.

Así, algunos de los retos que enfrentará la siguiente administración y que configuran valiosas oportunidades son:

  • La consolidación de las cuentas fiscales y el fortalecimiento de las finanzas públicas
  • La informalidad como un complejo problema estructural y multidimensional
  • El bajo nivel de inclusión financiera incluso respecto a estándares de América Latina
  • Las ineficiencias del gasto público; v) un servicio de salud fragmentado e ineficiente
  • Un sistema de pensiones con baja cobertura y con problemas de sostenibilidad
  • Brechas de digitalización de los servicios públicos y de bases de datos y vii) brechas en los servicios de internet.

Entonces, frente a la nueva coyuntura mundial, producto de la pandemia, el Perú requiere seguir avanzando en el cierre de brechas estructurales, para garantizar el crecimiento sostenido del país.

Por ello, la próxima administración de gobierno debería continuar con políticas que impulsen las ganancias de competitividad y productividad, y preservar la sostenibilidad de las finanzas públicas”, puntualizó.

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