La regla esencial del ahorro es saber qué comprar y qué no, basándose en prioridades a largo plazo. (Foto: Shutterstock)
La regla esencial del ahorro es saber qué comprar y qué no, basándose en prioridades a largo plazo. (Foto: Shutterstock)

es uno de los problemas más grandes de las personas, no siempre es fácil. Existen factores que nos impiden ahorrar. . Sin embargo, hay muchas formas de estructurar un hábito que, de forma natural, debería surgir en nuestra rutina. Cualquier momento es bueno para empezar a ahorrar, a continuación mencionamos algunas estrategias para hacerlo.

Algunos expertos sugieren limitar el ahorro al 30% de lo que ganes, otros en cambio señalan que es un poco arriesgado. Por ejemplo, considerando dos escenarios extremos: si tiene suficiente dinero, guardar el 30% puede ser una cifra conservadora para ahorrar sin pensar en otras opciones como invertir o administrar una tarjeta de crédito. Si por el contrario, tiene pocos ingresos en este momento, restar el 30% de tu dinero para ahorrarlo quizá sea inviable incluso para subsistir en los gastos cotidianos.

Por ello, existe una alternativa para acercarse al ahorro de forma más flexible, basada en la percepción de nuestros planes a futuro, sin importa la profesión o cuando dinero percibes. Pero lo más importante es saber que, sea cual sea la condición que vivimos, siempre será un beneficio tener un .

La regla esencial del ahorro es saber qué comprar y qué no, basándose en prioridades a largo plazo. Según la empresa de análisis de inversiones, Morningstar Inc, el tiempo que dedique a ahorrar define su hábito de deudas. Es decir, que el tiempo sí es dinero, pero traducido en deudas.

El análisis de la empresa llamado ‘Cómo los pensamientos sobre el tiempo influyen en los hábitos de ahorro’, la economista Sarah Newcomb, advierte que usualmente hay dos grandes tipos de comportamiento frente al dinero:

1. Las personas obsesionadas con la riqueza, que no pueden disfrutar de lo que tienen en afán del ahorro.

2. Aquellos que anteponen el disfrutar por encima incluso de sus posibilidades económica, por lo que viven endeudados constantemente.

Según el análisis, existen múltiples factores que impulsan el bienestar financiero de una persona.

Por lo general, las personas que piensan en el bienestar a futuro tienden a ahorrar con más rigurosidad. (Foto: Pixabay)
Por lo general, las personas que piensan en el bienestar a futuro tienden a ahorrar con más rigurosidad. (Foto: Pixabay)

EL TIEMPO ES DINERO… A PAGAR

¿Qué pasa por su cabeza cuando realiza una compra en cuotas de 12 o 24 meses? ¿Piensa en el bienestar que obtendrá o en la deuda que tendrá por todo ese tiempo? Por lo general, las personas que piensan en el bienestar a futuro tienden a ahorrar con más rigurosidad y frecuencia, por lo que no tendrían ningún problema en adquirir una deuda.

¿Cuál es el secreto? Las personas ‘ahorradoras’ imaginan bien cómo irán a aprovechar esa compra, lo visualizan en sus planes y ahorran para conseguirlo.

Por otro lado, el efecto de endeudamiento también varía para bien (o para mal) según factores como el ingreso, la edad, el género y la educación.

PIENSE A LARGO PLAZO

Pensar solo en el corto plazo ayuda a agilizar decisiones, pero quizá no lo ayude a tomar las mejores. Según los análisis de Morningstar Inc, las personas que planifican a largo plazo demuestran tener mejores hábitos de ahorro, sin importar cuanto es su ingreso.

PLANIFIQUE

Los expertos señalan que un buen ejercicio es pensar en cuánto tiempo tarda uno realizar un plan importante en su vida. Las decisiones diarias afectan este horizonte mental. El ahorro tiene que ver directamente con la imagen del futuro que tenga sobre sí mismo. Para los analistas de Morningstar Inc, pensar a futuro en un lapso de menos de cinco años, implica un alto riesgo de endeudamiento y gastos impulsivos. Si realiza la práctica de hacer un breve ejercicio de imaginación a 8 o 10 años y visualizas los más detalles posibles, es muy probable que tenga un gran impacto sus hábitos de ahorro.

Comenzar con plazos de los próximos seis meses y gradualmente aumentar a un año, afectará sus decisiones diarias.